Las insistentes llamadas de mis padres estaban acabando con mi paciencia, a veces sentía que su sobreprotección alteraba más y más mi forma de ser.
- ¿Todo bien? - preguntó.
- Sí, no te preocupes.
El alto volumen de la música no me dejaba oírlo con claridad, por otro lado gracias a eso lograba tenerlo cerca.
- Hola - saludó en lo que sus amigos hacían lo mismo.
- ¿Y él quién es? - preguntó una chica más o menos de mi estatura.
- Erick, un amigo.
- ¿Amigo? ¿Desde cuando las amistades se hacen en un día?
- Victor, ya habíamos hablado - pidió Christopher.
- Soy Luci y no te preocupes, está celoso por su amigo - susurró.
- Gracias, entiendo.
Miré sonriente a todos exceptuando a ese chico de piel morena, su desprecio hacia mi era evidente y por el momento me mantendría tranquilo.
Hice intercambio de palabras con algunos de ellos, eran simpáticos pero su gran acercamiento con Christopher los hacía poco agradable.
Me alejé un poco para poder responder el mensaje de mi madre, esto sería un problema seguro.
- ¿Puedo saber que pretendes alejando a Chris de nosotros?
- Creo que estás mal interpretando las cosas, él solo me quiere ayudar en lo que me adapto - respondí.
- Te he mirado toda la noche y he visto como te molesta cuando alguien se le acerca.
- ¿Y si fuera así que? ¿A caso te gusta Christopher?
- No juegues conmigo que soy capaz de romperte la cara - amenazó a una corta distancia.
Reí con cierto sarcasmo aumento su molesta hacia mi, Victor estaba siendo muy observador y eso me molestaba.
- ¿Te aconsejo algo? No me provoques.
- ¿Crees que te tengo miedo?
- Deberías, pero por ahora ten en consideración que en menos de lo que te imaginas Chris será completamente mío.
Retomé mi camino con una sonrisa casi victoriosa, pero debía ser inteligente, ese chico no era tonto.
Respiré profundo intentando que mi expresión facial me ayudara en estos momentos, debía comenzar a actuar.
- ¿Erick?
- Chris, lo siento pero creo que es mejor que me vaya - dije en un intento por llorar.
- ¿Pero por qué?
- Tú amigo me dijo cosas horribles, no sé que tiene en mi contra y...lo siento - dije abrazándome a él.
- Hey, no llores - pidió.
Sus suaves caricias me hicieron sonreír casi victorioso, estaba seguro de que esto sería el principio de algo nuevo en mi vida.
- Discúlpame con todos, no les comentes nada - pedí.
- ¿A ti que mierda te pasa? - encaró Christopher.
- ¿De qué hablas?
- Entiendo que seas mi amigo pero no comprendo tus malditos actos. ¿Qué ganas con hacer sentir mal a Erick? Ni siquiera lo conoces.
- ¿Yo? ¡Pero si no le dije nada!
- Gracias por arruinar la noche.
Tomó mi mano para que camine junto a él, indiscutiblemente era Christopher quien debía complementar este vacío interno que tenía.
- Perdón, yo...
- No fue tu culpa, no debí dejarte solo, Victor es algo celoso con sus amigos - interrumpió.
- ¡Me hizo sentir horrible!
- No le hagas caso, solo fue un mal rato, ven aquí - abrazó.
Escondí mi cara en su cuello sintiendo el perfecto aroma que desprendía, un simple movimiento de su parte bastó para que la distancia disminuya dando paso a nuestro primer acercamiento.
Si bien solo fue un roce de labios, estaba seguro que su mente era un mar de confusiones.
- Gracias por todo - susurré.
- Haré lo que esté a mi alcance para que te sientas bien.
- ¿Lo que sea?
- Lo que quieras.