Capítulo 24

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Narra Erick.

No me quejaba de aquel encuentro, quizás era el último que viviría con él y para mi sorpresa me dolía.

Aún me costaba asimilar la pronta aparición de mi ex novia, fue algo que me sorprendió pero a la vez mantuvo mi mente con algo de tranquilidad.

Era extraño mantenerme entre cuatro paredes, Christopher tenía miedo y eso lo llevaba a encerrarme.

- Necesito encontrarte - dije referente a Danae.

Por parte de mis padres tenía la tranquilidad de que no serían capaces de denunciar mis actos, sin embargo, mi preocupaciones actuales eran dos personas.

- ¿Quieres comer? - preguntó al abrir.

- Preferiría que me hagas compañía, me aburro encerrado aquí.

- Solo un momento. ¿Te sientes bien?

- ¿Por qué?

- Creo que va siendo momento de que asumas tus culpas, mañana llamaré a tus padres, prefiero que hables con ellos en persona - respondió mientras se sentaba a mi lado.

- Cómo tú quieras, si tu decisión es esa aunque me cueste la voy a respetar.

Me llevó hacia él en una especie de abrazo, Christopher era un buen chico pero demasiado ingenuo a la vez.

- Dame un momento.

- ¿A dónde vas?

- Voy por agua. ¿Quieres? - consultó.

- Quiero.

No saqué la mirada de él, al ver la puerta abierta la sensación de actuar me consumió y fue algo que no pude evitar.

Caminé lentamente procurando no hacer ruido, tomé uno de los floreros que decoraban parte de la casa y apenas sentí como se destrozó con el impacto en su cabeza, tomé un pedazo de aquellos vidrios para someterlo.

- ¡AH!

- Shhh, ni se te ocurra gritar porque te mato - advertí.

- No compliques más la situación, solo te quiero ayudar.

- ¿Mandando a tu novio a la cárcel?

- Aleja eso, no es necesario.

- Párate, vamos levántate - dije forcejeando con él.

- AYUDA, POR FAVOR.

No quería ser más violento de lo que estaba siendo, pero su forma de actuar me obligaban a recurrir a ese lado del cual él temía.

- Te lo dije - recordé con un golpe de puño.

- Lo siento. ¡Lo siento, perdón!

- Dime en donde está, habla.

- No lo sé, ya te dije que ella me buscó, no sé más - respondió en llanto.

Tomé sus manos acudiendo a lo mismo que él había implementado conmigo, necesitaba mantenerlo inmóvil y tranquilo.

- Escúchame bien, yo jamás iré a la cárcel - dije atando sus piernas.

- ¡ESTÁS LOCO! MALDITO PSICÓPATA.

- Hubiera querido que las cosas hayan tenido otro resultado, pero sabes mucho.

- ¿Q-Qué haces? Erick, no por favor - suplicó asustado.

Acerqué aquel pedazo de vidrio hasta su bello rostro, hice recorridos cortos que provocaban temor en todo su cuerpo.

- Debería matarte, pero no es tu momento, alguien está antes que tú.

- No, Erick no puedes matarla.

- ¿No? ¿Por qué?

- Solo confía en mi - pidió.

Algo había en medio de todo esto, de otro modo no me hubiese pedido tal cosa y más aún sin conocer a Danae.

- Lamento informarte que no te estoy pidiendo tu opinión - reí burlesco.

- No puedes hacerlo porque tienes un...¡AH! Erick - nombró con un llanto mezclado con dolor.

Cubrí su boca para asegurarme de que no gritara nuevamente, era un riesgo que no podía correr.

- Shhh. Haces algo y te juro que clavo esto en tu maldito cuello - dije como amenaza.

Cerré la puerta de la habitación intentando ocultar los cristales rotos, un llamado a la puerta tensó hasta lo más mínimo de mi.

- Hola, perdón quería ver si estaba todo bien, escuché unos gritos y pensé que quizás necesitaba ayuda - comentó una de mis vecinas.

- ¡Oh no! Es que mi novio se acaba de caer y creo que se lesionó la pierna - mentí.

- Si quieres puedo llamar a un médico.

- No se preocupe, llamé a uno. Pero se lo agradezco mucho, mi novio es algo imprudente.

Su convencimiento no era total, estábamos levantando sospechas y eso no me gustaba.

Lo Oscuro De Ti - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora