Tomé su mano con la fuerza suficiente para evitar que huya, se notaba incómodo sin embargo de esto dependían algunas cosas.
- No es cierto Christopher - negó provocando lo mismo en los demás.
- Al manos saluda.
- Te pedimos que vengas solo Chris - añadió Luci.
- Mejor te espero afuera - susurró intentando soltar mi mano.
- Claro, esa es su táctica, cínico de mierda - insultó Víctor con cierta prepotencia.
- No vine con la intención de pelear, si estoy aquí es por Christopher y de paso deja de insultarme - contestó Erick.
- ¿Escucharon? El niño manipulador quiere que no lo molesten. ¡Ay que amor! ¿Pero sabes qué? No te creo nada - terminó de decir.
El puño en la cara de Erick sonó bastante fuerte, quise ponerle un alto a Victor pero me contuve ante las repetitivas peticiones de Luci.
- ¿Estás bien Erick?
- Me quiero ir, Chris - pidió con un leve llanto.
- ¿Le vas a creer? ¿Eres tonto? ¡TE ESTÁ CHANTAJEANDO! - exclamó Victor.
- Espero no encontrarte en la calle, porque esto no lo dejaré pasar así como así...TODOS USTEDES SON UNA MIERDA COMO AMIGOS.
Abracé a Erick para darle un poco de calma, por un momento creí que sería una buena idea intentar que las cosas se solucionen.
- ¡Te juro que lo quise intentar!
- Lo sé, lo sé. Lo siento, no quería que pase esto.
- ¿Ya ves como me odian? ¡QUÉ LES HICE YO! ¿Esas son las amistades que quieres? - preguntó soltándose.
- Erick es complicado.
- Para mi también lo es. ¿Tendré que aguantar esto siempre? No, quédate con tus amigos, yo no me merezco esta mierda.
Con algo de complicaciones logré retenerlo, había muchos nervios de por medio y me sentía culpable.
- No son mis amigos, después de esto no - hablé.
- ¿Lo dices de verdad?
- Solo quiero que estés tranquilo y si vamos a intentar algo es lo justo, ya te expuse lo suficiente.
Se abrazó a mi cuerpo trayendo tranquilidad absoluta, este chico realmente me gustaba.
- Mi mamá me va a regañar, la conozco.
- Te iré a dejar yo, además no fue tu culpa.
- Gracias Chris, eres increíble y verás que conmigo no vas a necesitar a nadie más, a nadie.
No pude evitar sonreír entre medio de aquel beso, esto sería el comienzo de una linda y nueva etapa.
Traté de mantener la calma a medida que íbamos de camino a su casa, no entendía el por qué sus padres lo retenían tanto.
- ¿Qué te pasó? Erick.
- Un chico me golpeo mamá.
- De nuevo no - negó angustiada.
- Señora, fue un...ex amigo, yo tuve la culpa, no es responsabilidad de él - hablé con sinceridad.
- Métete a la casa.
Apenas esa frase salió de su boca, Erick presionó mi mano con gran fuerza, sus ojos estaban llorosos y eso me causó inquietud.
- No, no quiero - dijo en negación.
- QUÉ TE METAS A LA CASA DIJE.
- No lo vuelva a tomar así - advertí soltando su agarre.
- Te agradezco por traerlo a casa pero soy su mamá y tenemos que hablar, solos.
- ¿Te quieres quedar? - consulté para él.
- No, no me dejes aquí - pidió asustado.
Tomé su mano ignorando las palabras de su madre, quizás era una falta de respeto de mi parte pero estaba dispuesto a todo por Erick, a lo que sea.