Capítulo 17

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Evie

Las semanas posteriores a la finalización del verano habían llegado y junto con ello hizo su aparición el refrescante otoño. Pero no todo podía ser tan bonito como esa maravillosa estación del año sino que también llegó el día en que debía cumplir mi palabra y hablar con Adelina, alias la garrapata.

Porque, claro, yo no iba a darle el gusto de dejarla limpia moralmente frente a la prensa sin antes inspeccionar sus intenciones. Después de todo, yo dije que iba a zanjar el tema con la niña de papi, no que haría las paces con ella, a menos que demostrara verdadero arrepentimiento en sus palabras y eso no era muy difícil de averiguar con Adelina.

—A ver, ¿cómo es que esto llegó a pasar? No puedo creer que mi hermano tenga la indecencia de pedirte que hagas las paces con Adelina —recriminó la rubia.

—Él no pidió nada, yo sola me puse la soga al cuello —bufé.

Abrí la puerta de mi oficina, mi amiga me siguió.

—¿Qué hiciste?

—Le oferté algo pensando que se negaría y el muy corazón de abuela, accedió —me senté en la silla dejando caer todo mi peso.

Una dulce risa de Didi llenó el ambiente.

A ella le divertía y a mi me mortificaba la situación.

—¿A qué oferta te refieres?

—Le dije que fuera más amable con Vincent y yo me comprometía a zanjar el tema con la garrapata.

—¡No inventes! —golpeó la mesa con ambas manos para luego soltar una carcajada sonora y burlona.

—No es para nada gracioso, Didi —rodé los ojos con molestia.

—Sí, lo es —limpió una lágrima imaginaria—. Bueno, tú sola te metiste en esto. Solo espero que te encuentres preparada para cuando llegue tu mejor amiga, Adelina.

—Mejor hablemos del caso que te tiene tan complicada —cambié de tema y eso pareció funcionar ya que su rostro cambió drásticamente.

Daira se había mostrado reacia a hablar del tema. Solo me había dicho que recibió un caso externo a la empresa que la tomó por sorpresa y le estaba costando abordar el tema.

—¿El caso?

—Sí, no me has dicho de qué se trata y por qué ha sido tan complicado manejarlo para ti.

—Bueno... Este, yo... —aclaró su garganta—. En realidad, es simple.

Fruncí el ceño, algo atontada por la confusión en mi cabeza.

—¿Cómo así? Explícate mujer —me crucé de brazos.

—Es que es simple frente a un tribunal, sin embargo, es complicado en lo personal —intentó aclarar—. Una mujer de buena clases social, mi cliente, está denunciando a un ladrón que intentó robar su bolso.

Pude sentir cómo mi boca se desencajaba al oír aquello. ¿Era mi idea o existía un «Didiuniverso»?

—Okey —luché por reprimir una carcajada—. A simple vista, sí es un caso simple. Es obvio quién ganará. No obstante, sigo sin comprender por qué te afecta tanto. Después de todo, es obvio que no todos tienen un buen corazón como tú, la bondadosa rubia que ayuda a los desamparados.

Un atisbo de sonrisa apareció en su rostro.

—El caso me recuerda a Theo —confesó con mucha tristeza atravesando su mirada.

Sus palabras fueron como un puñal que, si bien no fue dirigido a mí, prefería cruzarme en su camino para que Didi no sufriera daño alguno. Ella no merecía ningún tipo de dolor, era tan buena que el solo verla triste destrozaba mi interior. Theo era un idiota por lo que había hecho y cuando Daira me contó con lágrimas en los ojos todo lo que habían pasado juntos, más me desmoroné.

La Obra De Aydin [02] TERMINADA✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora