La Obra De Aydin [02] TERMINADA✔️

Capítulo 45

No sé si es idea mía o estoy loca, pero creo que he visto comentarios nuevos... Así que les doy la bienvenida a todos los nuevls y gracias por participar en la dinámica 🤗❤️❤️❤️❤️ Disfruten el último capítulo y háganlo explotar con comentarios, es largo❤️🤗

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Capítulo final.

Evie

Por dentro sentía mucha impotencia y desesperación, mis ganas de lanzarme sobre Willy y matarlo a golpes ya resultaban casi incontrolables mientras que él no me ayudaba mucho a mantenerlo con vida ya que se rehusaba a irse de la habitación.

Pero debía mantenerme serena, el plan era lo primordial. Tenía que seguir siendo la Evie que no sabía nada y que apoyaba en todo a su supuesto esposo, al menos hasta que encontrara un buen plan de huida.

Miré mi anillo de comprimiso con la flor de Ciclamen en busca de valentía.

Lo único bueno de todo es que, al parecer, había conseguido una aliada. La enfermera no había dejado de mirar con disimulo y suspicacia al desgraciado quien aparentaba ser el hombre ideal frente a todos, muy a diferencia de su padre, que no le importaba ser el mismo imbécil que le gritaba a todo el mundo para que hicieran todo lo que él dijera.

—¿Cuándo podremos ver a mis hijas? —Interrogó sujetando mi mano y mostrando su mejor sonrisa—. Esos exámenes se han demorado bastante, ya queremos ir a casa.

Negué con la cabeza lentamente, casi de forma imperceptible, hacia la enfermera.

—Ya pronto, señor —contestó—. Entiendo su impaciencia, pero le animará saber que no estarán para siempre en este hospital, son solo exámenes rutinarios.

Aquellas palabras no solo fueron de consuelo para él, sino que las tomé de advertencia para mí. Ella no podría tener a mis hijas lejos de Miller por mucho tiempo, en algún momento tendrían que salir y yo junto con ellas.

—Entiendo... —asintió con lentitud—. ¿Al menos puedo verlas a través del ventanal?

No se le podía seguir negando, tantas restricciones le terminarían por causar extrañeza. Prefería eso a que las tocara con sus inmundas manos.

—Esa es una buena idea —contesté por la enfermera quien pareció verse en una encrucijada—. Luego que la veas, ¿podrías hablar con el doctor para que me quite este suero? Muero de hambre —me quejé.

El idiota esbozó una leve sonrisa, tal vez, divertido por lo que dije. Me daba igual, todo en él daba asco.

—Como ordenes —se puso de pie alisando las arrugas inexistentes de su traje y se marchó.

La enfermera se quedó mirando hacia esa dirección por unos largos segundos.

—Idiota —farfullé.

—No quiero entrometerme e intento ayudarla en lo que pueda porque realmente se le veía muy desesperada, pero en serio no entiendo qué tiene ese hombre de mal.

—Yo también estuve como tú, pensando que él no le haría daño a nadie, pero es un ser humano despreciable y así como lo ves con una apariencia de esposo ideal, en realidad es un psicópata que me secuestró alejándome de mi familia y que la vida le ayudó de manera maravillosa cuando perdí la memoria, pero ¿qué crees? Se atrapa más rápido a un mentiroso que a un ladrón y jamás hubiera podido ocultar el hecho de que mis hijas no sacaron absolutamente nada de él. Y el plus de todo fue cuando miré los ojos de mi hija, iguales a los de su padre, mi esposo... Entonces mi cerebro junto a mis recuerdos dijeron: Volví, perro.