Capítulo 10

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Aydin

Lo peor que me podía pasar en los momentos con más problemas de mi vida, era que llegara trabajo por toneladas a la empresa. Según la experiencia de todos mis años vividos, podía decir que la vida tenía una ley irrefutable: Las dificultades no iban a llegar de a una a cada persona. A las dificultades les gustaba ir de a muchas como pandilla de maleantes a dañar la estabilidad emocional de cualquier ser humano que vieran disfrutando de paz.

—Tiene una reunión en una hora con los inversionistas, luego una videoconferencia con las nuevas librerías que desean asociarse con S&E y, finalmente, debe revisar unos documentos pendientes de contaduría.

—De acuerdo. —Asentí, un tanto cansado—. Necesito que pidas a Beda los borradores que están postulando para el próximo lanzamiento, también las propuestas que a él más le interesaron con sus respectivos comentarios. En markenting y diseño gráfico, requiero de las imágenes publicitarias de la empresa y las de redes sociales. Por último, de asuntos legales, preciso de los contratos que debemos renovar de algunos empleados.

—Como diga, señor.

Se fue para realizar con diligencia todos sus quehaceres, a la vez que yo me quedaba con la cabeza vuelta un lío por tanto ajetreo que había a mi alrededor.

Levanté la pantalla de la computadora y abrí mi correo para ver la bandeja de entrada, la cual me recibía gustosa con muchos mensajes pendientes para leer.  Abrí el primer y más desagradable correo, proveniente de un ser que esperaba muy ansioso a que desapareciera para siempre de mi vida.

Devan Gates.

Aunque no era de él directamente, sino de su secretaria. Envié el mensaje a la papelera «no se me podía juzgar, estaba en estrés completo», pasé al siguiente.

Daniel Fox, dueño de la automotora, quien insistía una vez más que cenáramos junto con Vincent Wilt y habláramos de negocios, hasta de un convenio. Sin embargo, mi mente seguía sin encontrar una manera en la que los libros se relacionaran con los automóviles. Leer mientras se conducía no era opción. Por lo que, ese mensaje también lo dejé sin responder.

El sonido del intercomunicador me sacó de mis pensamientos. Presioné el botón para contestar.

—¿Qué sucede, Nelly?

—Tiene una visita, dice que es su amiga —anunció.

Alcé una ceja, confundido por aquellas palabras. No era que tuviera un círculo muy extendido de amistades, ya que podía decir que tenía la fortuna de tener como amigos a mi propia familia.

—¿Dijo su nombre?

—Sí, se llama Adelina Losch.

Me retuve de volver a preguntar aquel nombre, realmente no creí que ella me visitaría, aún sabiendo en la situación tan tensa en la que se encontraba con mi novia. Sin embargo, si lo había hecho era porque en verdad tenía algo importante que decirme.

—Hazla pasar —pedí.

Sí, señor.

No pasó mucho tiempo para cuando sentí unos sigilosos golpes en la puerta. Di mi aprobación para que hiciera ingreso la persona que golpeaba. Adelina apareció al cabo de unos segundos. Su aspecto no era el desarreglado de antes, esta vez, llevaba vestido y unos tacones altos.

—Hola —saludé.

Esbozó una leve sonrisa.

—Siempre es bueno verte —cerró la puerta tras de sí.

—Lo mismo digo.

Me sentía un tanto incómodo, y también preocupado pensando que en cualquier momento entraría Evie a la oficina para tener un enfrentamiento con Adelina pidiéndole explicaciones sobre cuál era su asunto conmigo.

La Obra De Aydin [02] TERMINADA✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora