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He vuelto. Supongo que regresé antes de conocer a Yashiro-sensei. Cuando pienso en él, siento un dolor en el pecho. ¿Qué habrá pasado con Yashiro? Ya lo averiguaré.

Dos meses después

—¡Satoru-chan! Hoy es tu primer día de clases, ¿te encuentras bien? —preguntó su madre con entusiasmo

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—¡Satoru-chan! Hoy es tu primer día de clases, ¿te encuentras bien? —preguntó su madre con entusiasmo.

—Sí, mamá, no te preocupes. Estaré bien.

—¿De verdad?

—Sí, mamá... tampoco es necesario gritar.

Después de terminar el desayuno, Satoru se preparó para ir a la escuela y afrontar esta nueva realidad. Si había cumplido su cometido, entonces Yashiro estaba a salvo. La idea de volver a verlo como su maestro llenaba de emoción el corazón de Satoru.

Al llegar a clase, la maestra anunció:

—¡Todos a sus asientos! Les presentaré a su maestro. ¡Entra!

Yashiro entró al salón y al ver a Satoru entre sus alumnos, se quedó inmóvil, sorprendido

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Yashiro entró al salón y al ver a Satoru entre sus alumnos, se quedó inmóvil, sorprendido.

—Uno a uno se irán presentando, ¿de acuerdo?

—¡Sí! —respondieron los alumnos.

—Satoru.

—¡Presente!

Al terminar las clases, Yashiro lo llamó a su escritorio.

—Estoy aquí, Yashiro-sensei. ¿Por qué quería verme?

Yashiro lo miró con una mezcla de asombro y tristeza.

—Lo siento por preguntarte esto, pero... ¿eres tú, Satoru? ¿O solo es una ilusión, después de tanto tiempo que intenté olvidarte? —dijo con una mirada triste y nostálgica.

—Yashiro, yo... —las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Satoru mientras los sentimientos que había reprimido salían a la superficie. Sabía que ahora Yashiro debería tener una familia, hijos y ser feliz, pero le dolía el pecho solo de pensarlo.

—Satoru... —Yashiro se acercó y lo abrazó fuertemente. En el desolado salón de clases, el niño lloraba desconsolado en sus brazos.

 En el desolado salón de clases, el niño lloraba desconsolado en sus brazos

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—Satoru... —Yashiro lo abrazó con más fuerza, mientras recordaba aquel momento en que lo había encontrado en la calle, dándose cuenta de algo

—El día en que te encontré en la calle... ¿fuiste tú a mi pasado, verdad?

—Sí... snif... sí, lo hice... snif...

—Mi dulce y pequeño Satoru... —susurró Yashiro, aferrándose a él—. Durante estos años intenté seguir adelante. Salí con mujeres, incluso quise tener una familia... pero siempre sentía un vacío. Nada me hacía sentir igual... nada como lo que siento al pensar en ti. —Hizo una pausa, mirando a Satoru con una mezcla de tristeza y alivio—. Todo lo que necesito eres tú.

 Todo lo que necesito eres tú

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Segundos después ....

Después de unos segundos, Yashiro susurró:

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Después de unos segundos, Yashiro susurró:

—Eres solo mío.

Apretó su abrazo, sosteniéndolo posesivamente y sin intención de soltarlo, mientras una leve sonrisa cruzaba su rostro.

—Eres todo para mí.

—Te extrañé, Yashiro...

Te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora