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- ¿Qué vamos a ver? -dijo Thomas, cuando subimos a la última planta del centro comercial donde está el cine.

- "Todo, Todo" - dije entusiasmada.

- Está bien -Thomas fue a comprar las boletas y yo fui a comprar las palomitas y los refrescos.

Entramos a la sala y nos sentamos en la última fila de arriba.

...

Levanté el reposa brazos y me acomodé al lado de Thomas, no protestó en ningún momento. Seguimos disfrutando la película de lo más normal.

- Oye, Heillie te pareces a esa chica -susurró.

- No es cierto -lo miré y sonreí.

- Claro que sí, pero eres más bonita - dijo y me besó.

Sentí como su mano izquierda se está moviendo por mi pierna.

- Detente -dije sin alzar la voz.

No me hizo caso y metió su mano debajo de mi falda

- Dije que te detuvieras.

- ¿Y si no quiero que? -dijo y me besó agresivamente y me presionó con sus brazos.

Moví mis brazos para intentar alejarme.

- Thomas, por favor detente. Me estás lastimando - lloriqueaba.

Logré sacar mis manos y lo empujé, pero él es más fuerte.

- Déjame, por favor. Quítame tus malditas manos de encima -me estaba enojando.

- A Joseph si lo dejas -la gota que derramó el vaso.

Lo empujé nuevamente y le di una bofetada, sacó su mano de debajo de mi falda y dejó de presionarme contra su cuerpo.

Me levanté furiosa, salí lo más rápido que pude de la sala. Sabía que él venía detrás de mí, así que corrí más rápido. Me encerré en el primer baño que vi.

- Heillie abre la maldita puerta.

- Lárgate, mal nacido -estoy llorando de la rabia.

Lo creía el más decente.

-Heillie, por favor. No sé qué me pasó. No soy así -lo ignoré y luego de un rato creo que se fue.

Con manos temblorosas saqué mi celular y busqué en mis contactos a quien podría sacarme de este lío.

- ¿Estás ocupado? -sorbí por mi nariz.

- No, ¿por qué? ¿Qué pasa?

- Necesito que vengas por mí, Joseph -sollocé.

- Espera, ¿qué? ¿Dónde estás?

- Thomas, él... me tocó. Te mandaré mi ubicación -colgué.

Abrí WhatsApp y busqué la conversación con Joseph y le envié mi ubicación. Salí del baño inmediatamente, quise volver a entrar desde que vi a Thomas sentado de espaldas al baño.

Me armé de valor y caminé a paso rápido pasando por su lado. Entre al ascensor más cercano y oprimí el botón del primer piso tantas veces como se podía para que las puertas se cerraran antes de que entrara Thomas.

Por obra del diablo le dio tiempo a entrar.

- Heillie, perdóname -dijo acercándose a mí y tomando uno de mis rizos entre sus dedos.

- Aléjate de mí -dije y cerré los ojos con fuerza.

- No seas así. Sé que te gustó -puso su mano sobre mi cintura y me moví hacia el otro extremo del ascensor. Se movió a mi lado y tomó mis muñecas y las puso detrás de mi espalda, quedé con la cara apoyada en el frío metal del ascensor y recargó todo peso en mí. Comencé a lloriquear otra vez.

- No quería obligarte a nada, pero no me dejas más opción -mire la pantalla donde se mostraba el piso en el que estábamos, faltaban tres pisos para el nivel uno. Dios, ¿por qué me haces esto?

- No me tienes que obligar a nada -dije para ver si podía apaciguar la situación.

- No me dejas tocarte, pero estoy seguro de que a Joseph lo dejas, o ¿no? -con su mano libre tomó mi cuello y me jaló hacia atrás y besó mi cuello.

Dos pisos más. Lo malo es que nadie había solicitado el ascensor en esos niveles, el mundo está conspirando en mi contra. Soltó mi cuello y subió mi falda. Y tapó mi boca cuando intenté gritar.

- No, por favor. Espera -sollozaba. Un piso más. - No tienes que hacer esto, no quieres hacerlo. Eres buena persona -buscaba conversación para llegar al primer piso.

- No soy buena persona, Heillie -las puertas del ascensor de abrieron y cuando Thomas vio a varios chicos ahí parados mirando aflojó su agarre, aproveché para soltarme, le di un codazo en el estómago y se retorció de dolor. Baje mi falda y salí corriendo.

Corrí como nunca en mi vida había corrido, corrí como si el suelo estuviese ardiendo. Llegué a la puerta de la plaza, miré hacia atrás y vi el cabello de Thomas moviéndose con rapidez entre la gente.

Miré hacia afuera, Joseph no había llegado. Thomas se estaba acercando. Estoy perdida. Alguien me jaló del cabello y caí hacia atrás, solté un grito ahogado, me dolían los ojos de tanto llorar. No entiendo, ¿cómo es que la gente ve la situación y no ayudan?

De un momento a otro la presión en mi cabeza desapareció, me incorporé lentamente. Sabía que Thomas estaba en el suelo peleando con alguien, no lo podía distinguir. No veía con claridad.

-Vámonos Heillie, tuviste suficiente por hoy -era Joseph y me estaba parando del suelo. Me levanté con dificultad y lo abracé y solloce contra su sudadera.

Caminamos en silencio hasta su jeep, se quedó callado esperando que hablara.

- Cuando quieras puedes contarme lo que pasó.

- Si -mi voz se escuchaba rara. - Estábamos en el cine, yo me recosté a su lado y luego él me besó y... me tocó. Yo... salí corriendo al baño y te llamé. Salí del baño para bajar a la primera planta y entré al ascensor pero, le dio tiempo a entrar conmigo -sollocé, baje mi cabeza y sollocé.

- ¿Él te...? -no pudo completar la frase.

- No, se lo impedí buscando conversación -dije levantando la cabeza y limpiando mi cara. Arrancó el jeep.

Estaba temblando y Joseph se dio cuenta porque se sacó su sudadera y me la dio.

- Gracias -dije por lo bajo.

- ¿Vas a ir a tu casa?

- No, si Ty me ve así pedirá explicaciones y no se las quiero dar. ¿Puedo quedarme contigo? -dije casi llorando otra vez.

- Claro.

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