Apariencias

24

Me espanté a mitad de la noche porque no sentí los brazos de Joseph. Me levanté y caminé despacio hacia las escaleras.

Miré hacia el último piso, la luz del despacho estaba encendida. Bajé con cuidado de hacer algún ruido. Cuando llegué a la primera planta, me asomé a la puerta del despacho. No podía creer lo que estaba viendo; Joseph, Konstantine y nada más ni nada menos que Thomas. Había una serie de pantallas al fondo, podía distinguir que las pantallas tenían chicas desnudas, en ropa interior, sonriendo, llorando...

De lo que Tyler me había advertido siempre estuvo conmigo.

Me quede un momento más para escuchar de qué estaban hablando.

- Creo que tenemos las chicas suficientes para iniciar el negocio de agosto-septiembre - mencionó Konstantine.

- Sí, sobre todo con Heillie. A todos los socios les gustó, es única en su clase - dijo Joseph.

De repente las pantallas cambiaron a un sin número de fotos mías. Sonriendo, las fotos de la galería, en bikini, en ropa interior, durmiendo... ¿Cuándo había conseguido esas fotos? Sacó un bolso de debajo de la mesa, lo abrió y sacó varias de mis cosas. Ropa interior que di por desaparecida, mi cepillo de dientes que hace un mes había desaparecido mágicamente...

Pero ¿Qué tipo de persona hace eso? Me cubrí la boca, porque me dieron ganas de vomitar y llorar.

- No me gusto esta idea de tomarla a ella como una de las víctimas de este negocio, Joseph. Ella es la prima de uno de tus mejores amigos - me defendió Thomas.

Lo que me pareció muy extraño.

- Primero los negocios y luego un simple polvo - Joseph rio ante su comentario.

Subí lo más rápido que pude a la habitación, no hice ningún ruido para que esto no se pusiera peor de lo que ya estaba.

Me puse un pantalón lo más rápido que pude, el tenis que había usado el día anterior para ir a correr con Joseph, tome mi celular y escribí a Ty.

You: Tenias razón. Joseph y Thomas son peligrosos. Su padre es un traficante de personas y ellos están involucrados en todo el negocio. Yo soy una de las siguientes.

Lo envié y lo reenvié a mis padres, mi hermana y mis mejores amigos. Guardé mi celular en el bolsillo trasero del pantalón y volví a bajar, pero esta vez más despacio ya que los tenis sonaban un poco. Pase otra vez por el despacho y por suerte seguían ahí hablando.

- Te lo aseguro, ya le he probado. Es muy buena en la cama y tiene un cuerpo para morirse - dijo Joseph.

- Es cierto, cuando tuve la oportunidad de tocarla, lo note - Thomas habló.

Seguí caminando, hacia la puerta. Moví la perilla un poco y con clic se abrió. Salí a la fría noche, volví a cerrar la puerta.

Antes de cerrar la puerta, escuché las ruedas de la silla donde estaba sentado Joseph y unos pasos acercándose. Corrí alrededor de la casa, hacia el bosque que había detrás al cual había ido varias veces con Joseph a pasar el rato. Corrí, corrí y corrí...

Salí del otro lado de la carretera que estaba desolada, mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo, era Joseph que me llamaba. No contesté.

Se dieron cuenta que ya sé todo. Las llamadas seguían entrando pero, las ignoraba. ¿Ahora qué haría? No conozco a nadie. Me adentré en el bosque, pero esta vez caminando y manteniéndome lejos de la casa y la calle.

Saqué mi celular y marque el número de Ty. No contestó, deje un mensaje en su correo de voz.

-Hola, Ty. Estoy asustada, no sé qué hacer. Estoy en un bosque un poco alejado de la casa de Joseph. Ayúdame por favor... debí hacerte caso. Perdóname - trague seco y volví a hablar - Estoy en Moscú. La empresa del padre de Joseph se llama Gazprom, ojala te sirva de algo...- escuche como las hojas secas y ramas se rompían.

Escuché que algo o alguien se acercaban. Bloqueé el celular y lo guardé en mi bolsillo, me escondí detrás de unos árboles y esperé. Los sonidos se convirtieron en pasos y más tarde en voces, estaban hablando en ruso, no entendía nada.

Cuando estuvieron más cerca vi las luces de varias linternas. Podía decir que eran aproximándose cinco hombres y no había visto a Joseph si es que había salido a buscarme; todavía creía que existía una pizca de bondad en él y me dejaría ir.

Varias linternas alumbraron cerca de donde estaba escondida, me aferré lo más que pude para que las luces no me alcanzaran. Empezaron a alejarse y me relajé un poco pero, venían más personas detrás, eran Joseph, Thomas, Konstantine y otro señor que no reconocía.

- No puede estar muy lejos, ella no sabrá a donde ir - dijo uno de ellos.

- Tiene que estar cerca - reconocí la voz de Joseph.

Esperé que avanzaran. Me tiré en el suelo y pensé en que haría. Si huía en dirección contraria a la que vinieron, quizás me encuentre con varios guardias esperando en la casa para capturarme, si me iba detrás de ellos evitando contacto en algún momento me atraparían, si me quedo sentada en medio del bosque quizá no encuentre a nadie quien me ayude.

Las luces estaban más lejos solo se veía un punto en la oscuridad, comencé a caminar para ver en cuál parte del bosque iba a salir.

Después de casi media hora caminando escuché algo detrás de mí, me paré un momento a ver si me estaban siguiendo. Los pasos se acercaban más rápido, me estaban siguiendo.

Comencé a correr sin un rumbo, solo corría para salvar mi vida, de repente varios lugares del bosque se iluminaron con círculos amarillos en el suelo y comenzaron a moverse en mi dirección. Al parecer tenían un buen rato con mi ubicación.

Seguí corriendo hacia el único lugar del cual no veía las luces, venían detrás y a los lados. En un momento choque con algo, que al principio creí que era un árbol pero era demasiado blando para ser un árbol. Ese algo se convirtió en una persona que tomó mi mano para que no cayera, la presión en mi mano se volvió más fuerte e intente zafarme pero no podía.

Las luces se acercaron a mí y se hizo un círculo en el cual todos nos vimos la cara. El que me tenía agarrada era el hombre que antes estaba con Konstantine, Joseph y Thomas. Los ojos se me llenaron de lágrimas porque habían logrado capturarme.