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Tocamos el timbre de la casa de Thomas pero, nadie abrió. Caminamos hacia la parte trasera de la casa y ahí estaban todos. Me di cuenta porque no escuchaban el timbre, la música estaba muy alta.

La parte trasera es muy grande en comparación con lo que se ve desde el frente, tiene un ventanal para entrar a la casa, en las orillas de la piscina hay asientos con sombrillas, tipo resort. Inmediatamente estábamos a la vista de todos, Thomas se nos acercó.

- Hola, bienvenidos -dijo Thomas sonriendo y mirando a todos.

Busqué a Joseph con la mirada pero no lo encontré. Todos se dispersaron y como supuse Caroline fue con Jeremy y Jude fue con Oliver Hunt. Había unas chicas que no conocía, caí en cuenta de varias cosas cuando mis primos se acercaron a ellas.

1. Podrían ser sus novias.

2. Podrían ser sus posibles conquistas.

3. Podrían ser sus amigas de la escuela.

No entré a la piscina, me senté en unos de los asientos cerca de la piscina pero, me quité el vestido que llevaba sobre el bikini. Me quede ahí sentada viendo como todos se divertían. Qué bello es todo, yo aquí sentada viendo como los demás ríen y chapotean agua como bebes y yo esperando a no se sabe quién. Aunque si sé a quién estoy esperando. Espero a Joseph, ¿para qué? No lo sé. Su presencia no cambiaría nada aquí, no afectaría en si entro o no a la piscina.

Una de las chicas, la que estaba con Marco, salió un momento del agua y buscó su celular y en un movimiento rápido conecto su celular a la bocina, puso esta típica música brasileña que escuchas en cualquier fiesta o discoteca. Para colmo empezó a bailar, a menear el trasero pero sin ganas.

Que chica esta, quiere bailar pero no le nace, comencé a reírme y la chica se paró en seco y me dio la "mirada asesina".

- Si tanta risa te da, ¿Por qué no vienes tú a bailar? -dijo en tono desafiante y cruzándose de brazos.

- Con mucho gusto, querida -dije y me levante de mi lugar, con paso dominante me acerque a ella. -Te enseñaré a bailar -dije cuando estuve lo suficientemente cerca para que solo ella me escuchara.

Comencé a moverme al ritmo de la música brasileña, muchas de esas canciones ya las había bailado en mis tantas clases de twerk que le había insistido a mamá para que me apuntara.

La música estaba terminado la chica tenía la cara pálida y los ojos entornados, deje de bailar y deje lo poco que quedaba de la canción para que ella la disfrutara. Me volteé para volver a mi lugar y que grata sorpresa me había llevado, nótese el sarcasmo, Joseph estaba ahí parado sonriendo de oreja a oreja, como estaba de espaldas a quien pudiera venir no me había dado cuenta de su presencia hasta que me había volteado. Me puse roja como un tomate, como las luces rojas de navidad, como la sangre de la menstruación, como las bolas de navidad...

- Algún día me tienes que enseñar esos pasos de baile.

- Cuando quieras -dije para aligerar el ambiente incómodo.

Lo demás detrás de mi seguían muy entretenidos.

Volví a mi lugar ignorando a Joseph y a los demás, pero él se sentó en el asiento que estaba al lado mío y se quitó el t-shirt, volví a ver su esculpido cuerpo. Aguanté la respiración por varios segundos y luego lo solté, traía puesto el bañador que habíamos comprado hacia un rato.

- Heillie -me llamó Joseph.

- Dime -lo mire a los ojos, porque me había concentrado en su cuerpo.

- Deja de mirarme así -dijo un tono muy serio, que hasta risa me dio.

- ¿Cómo? -dije haciéndome la tonta.

- Así... -dijo y puso cara de tonto embobado, cruzó las manos y las puso debajo de su mentón y se inclinó.

- No te estoy mirando así.

- O sea que lo admites.

- No, bueno si -ambos reímos, hasta quedarnos callados. Tenía demasiado calor. -Vamos a la piscina -le ofrecí a Joseph, el asintió y ambos nos levantamos.

Nos unimos con los demás en la piscina. Ty nos estaba mirando con cara de pocos amigos, le lancé un beso para que se calmara.

El agua estaba un poco fría pero agradable al mismo tiempo. Joseph soltó mi mano y fue a donde estaban sus amigos bebiendo cervezas.

Como no tenía nada que hacer me acerqué a Jude, para hablar de la vida.

- Eeeh, Heillie ¿qué te traes con Joseph? -me abordó de repente, ok estaba borracha. Suficiente alcohol por hoy.

- Nada, solo nos estamos conociendo -dije arrebatándole su bebida de la mano.

- No me convence esa respuesta, señorita -dijo y empezó a reírse como una maniática.

Le advertí a Oliver que si mi hermana bebía una cerveza más no lo dejaría verla en lo que va de nuestras vacaciones.

Estaba muy aburrida y confieso que me encantan las piscina, el agua chocando en mi piel y todo eso, pero el aburrimiento está ganando. Me recosté en una de las orillas de la piscina y cerré los ojos por varios minutos, pero sentí a alguien detrás de mí y su respiración pesada detrás de mi oreja.

- Creo que estás un poco aburrida -dijo la voz que no reconocí de inmediato.

Me volteé para averiguarlo, para mi sorpresa era Thomas.

- ¿Se nota tanto? -sonrió alzando los hombros.

- A leguas -Thomas me parecía más guapo de cerca, pero nada comparado con Joseph - Sobre lo de esta mañana...-comenzó a decir - lo siento, me puse muy nervioso.

- Y ¿que querías decirme? -digo entornando los ojos y cruzándome de brazos, esto hace que el agua salpique un poco.

- Umm... -rascó su nuca en señal de nerviosismo. - Desde lo del beso aquella noche, me gustaste y quería preguntarte si ¿quieres salir conmigo? -su pregunta no me sorprendió, asentí y le sonríe como respuesta. - Bien, te voy a escribir más tarde para planeemos bien nuestra cita -con esto último me dio un beso en la mejilla y se alejó.

Sentía la mirada de Joseph desde el otro lado de la piscina, alzó las cejas ante lo que había visto y luego sonrió. Volví a mi lugar anterior. ¿Qué tipo de juego perverso de traían estos dos conmigo?, cuando no era uno era el otro.

Será algún tipo de competencia, ni que fuera un puto trofeo o algo parecido ¿qué les pasa? Si ellos van a jugar a ver cuál me conquista, yo también entraría al juego para ver cuál se esfuerza más.

Salí de la piscina porque me dio frío, además de que ya se estaba poniendo oscuro y no me gusta tener el cabello mojado hasta tarde. Le pedí a la mamá de Thomas que me mostrara donde estaba el baño para poder vestirme.

Subí al cuarto de baño y saqué mi ropa del bolso que traía, me puse un short y un crop top sin brazier, no importaba porque no se notaba nada, me hice una piña súper alta alguno mechones de cabello caían por mi cuello y los costados de mi cara porque me había cortado el cabello hace una semana. Recogí todo el desorden que había hecho y salí del baño.

Me senté en los sillones que había cerca del comedor de espaldas a la piscina. Revisé mi celular, no sé por qué. Pero lo revisaba cada cinco minutos, caí en la cuestión de que estaba esperando un mensaje o una llamada de Nate pidiendo que volviera con él, pero nada pasó. El celular no vibró, no sonó el ringtone. Nada.

Unas manos frías de aferraron a mi cuello y me estremecí ante ese toque. Mire hacia arriba, me encontré con la sonrisa cálida de Joseph, él se inclinó para besarme pero me apartaré de inmediato.

- Deja de hacer eso, te dije -le recordé.

- Ahg... lo había olvidado -por su sonrisa sabía que no lo había olvidado, solo lo decía para hacerme enojar -Ya vuelvo, iré a cambiarme -me guiño un ojo y camino escaleras arriba.

Todavía no logro entender, ¿cuál es el amor de este tipo conmigo cuando mi siquiera me conoce bien? Mi celular comenzó a vibrar, es Nate, lo que faltaba. Rodee los ojos y cogí la llamada.

AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora