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TZUYU POV

La luz de la luna se reflejaba levemente en cada parte del cielo, su tenue brillo atravesaba entre las hojas y las ramas de los árboles en el bosque.
La suave brisa golpeaba mi rostro, dándome una increíble sensación de tranquilidad.

Los únicos sonidos que se escuchaban en todo el bosque eran el crickear de los grillos al cruzar sus extremidades y el crujir de las hojas muertas en el suelo con cada paso que daba.

La noche estaba tranquila, tanto como las veces anteriores en las que estuve por aquí. Si tuviera un corazón -al menos funcional- este latiria tranquilo con esa calma que solo el bosque de Daegu podía ofrecer.

Cerré mis ojos un par de veces para acostumbrar mi visión a la oscuridad y seguí caminando por algunos minutos más hasta llegar a la profundidad del bosque, donde se encontraba una gran edificación.

Al pasar el inmenso jardín llegué hasta la puerta y di unos leves toques en esta. Segundos después una pequeña mujer de ojos grandes me abrió la puerta.

—Tzuyu. Llegas tarde -manifesto con cierta molestia-

—Venga Jihyo, vine caminando desde Seúl hasta aquí, y me recibes así... ¿Sabes el jodido dolor de pies que tengo? -pregunté riendo-

—Nah no es nada -dió unos pasos hasta mi y me dio un fuerte abrazo- Vamos, entra.

Jihyo se hizo a un lado y me indicó pasar, cosa que hice.

Al adentrarme más en la casa escuché un par de risas bastantes ruidosas en el living. Y ahí fue donde supuse que sí había llegado tarde.

Al cruzar el umbral que separaba el salón del living con el pasillo principal tres pares de ojos se posaron en mi, hasta que una de las personas que estaban allí soltó un chillido de emoción para seguido correr a abrazarme.

Tan fuerte fue el abrazo que sentí como se me rompió una costilla.

—¡Joder Sana! -exclamé- Que me has roto una puta costilla.

—Lo siento -dijo soltando una risilla- Que me he emocionado al verte y no controle mi fuerza.

—Ya está bien, que no has hecho nada grave -dije sonriendo- También te he extrañado. Aunque lo digo en plural, para que no os sintáis celosas, tranquilas que hay suficiente de mí para todas.

Un bufido general se escuchó por todo el salón.

—Y luego que la narcisista soy yo.

—Oh vamos Nayeon, tu eres la reina de las divas aquí -burlé y ella me saco el dedo del medio- También te quiero.

—Bien, también te quiero pequeña gigante.

—Bien, sé qué el que estemos reunidas aquí no es sinónimo de buenas noticias. Así que suelta el rollo Jihyo -dijo Jeongyeon un poco desesperada-

—Ese no es el motivo para que estemos aquí Jeong -dijo Jihyo rodando los ojos-

—¿En serio no lo es? -preguntó Jeongyeon sonriendo-

—Al menos no es el principal motivo -respondió un poco avergonzada-

—¿Entonces qué es? -preguntó Nayeon-

Hubo silencio.

—¿Es difícil de explicar? -pregunté intrigada-

—Demasiado -respondió Jihyo- Hace unas noches tuve una visión, y no fue nada lindo lo que vi en ella.

—¿Algo de tu pasado? -interrumpió Sana-

—De nuestro futuro.

Respondió Jihyo, causando que el silencio se instaurará entre todas nosotras.

𝐘𝐨𝐮𝐧𝐠𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 | ᵀᶻᵘʸᵘ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora