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JIHYO POV

—¿Y que fue exactamente lo que viste cariño? -me preguntó Sana con preocupación-

—Vi destrucción, muerte, fuego y a diez personas en medio de todo ese caos -respondí, sorbiendo un poco de té- Esa visión ha sido muy recurrente en estos últimos tres días, y he tratado de ver mejor, tanto como he podido, pero como saben mis visiones no son muy claras cuando apenas están iniciando.

Nuevamente todas se quedaron en silencio.

—Eso suena mal -habló Jeon- Terriblemente mal.

—Coño, deja de ser tan pesimista -reprochó Nayeon- ¿Que tan real puede ser ese futuro que viste Jihyo? Algo podremos hacer.

—El futuro es incierto, no es fijo, este puede cambiar drasticamente con solo tomar una decisión diferente -dije- Puede que lo que haya visto cambie mañana, o en un mes, incluso en décadas.

—¿Decadas? ¿Eso es posible? -preguntó Nayeon asombrada-

—Lo es -respondió Tzuyu por mí- Y yo soy la prueba de eso.

—¿Como...? -habló Jeon-

—Como todas saben yo soy así desde nacimiento -todas asintieron- Por lo tanto mis poderes se desarrollaron rápidamente, y si mal no recuerdo tenía al rededor de treinta años cuanto tuve una visión, en ella vi como una chica, demasiado alta para la época estaba en el suelo, en medio de un charco de sangre.

—¿Se estaba desangrando cierto? -preguntó Jeon-

—En efecto -dije- Como iba diciendo, la chica se estaba desangrando, para luego morir lentamente. Al principio no le tomé importancia, más aún por qué no podía lograr ver ni una mierda -bromeé-

Todas rieron, seguramente para hacerme sentir bien ya que mis chistes son malísimos.

—¿Y que pasó después? -preguntó Sana con un bowl de palomitas-

—¿De donde sacaste eso? -pregunté y ella se encogió de hombros- En fin, no sé ni para que preguntas, tu estuviste conmigo.

—Ya lo olvidé -respondió con la boca llena-

—En fin, conforme iban pasando los años la visión se iba haciendo más clara hasta que logré reconocer el rostro de una mujer muy hermosa -dije y Tzuyu se rió- Y esa mujer era Tzuyu.

—¿Tzuyu moría? Joder, que gran historia -Sana seco una lágrima imaginaria de su ojo-

—Pero Tzuyu está aquí con nosotras ¿Que paso entonces? -preguntó Nayeon, que estaba lejos de conocer esa historia-

—La visión cambio años después, en uno de mis viajes cuando estuve por Taiwán la conocí en persona, hasta que pasó lo que tenía que pasar.

—La convertiste ¿No? -dijo Nayeon-

—Si. En la visión, antes de morir le di a beber un poco de mi sangre, cuando Tzuyu murió inmediatamente empezó la transformación. Hice exactamente lo que vi y aquí la tenemos.

—Espera, tengo algo que me está taladrando la mente después de escuchar eso, puede que incluso este fuera de mis casillas pero... -habló Jeon- Si Jihyo convirtió a Tzuyu y a Nayeon... ¿Eso no las hace como su madre o algo parecido? Digo, las convertiste, prácticamente volvieron a nacer por tí -preguntó burlona, logrando la risa grupal-

—Podria decirse que si, ellas dos son como mis hijas -respondí riendo-

—Espera, eso significa que... ¡Joder!

—Si, Jeongyeon. Sana es tu madre.

Sana en un rápido movimiento llegó hasta donde estaba sentada Jeongyeon llevando su cabeza a su pecho y apretándola contra este mientras daba pequeños besos en su coronilla.

—Ya oíste Jeongie, obedece a tu papi-dijo Sana, Jeongyeon la empujó un poco para poder respirar-

—Ni sé por qué me estaba sintiendo ahogada -dijo Jeongyeon- Pero regresando al tema de la espera...¿Cuantos años esperaste para que esa visión se cumpliera?

—Doscientos sesenta y cinco años -respondí sin titubear-

—Eso... Es... Una cantidad ridícula de tiempo -dijo Nayeon-

—Y es por eso que debemos prepararnos, se avecina una guerra, y no quiero que nos tome desprevenidas. Así tengamos que esperar mil años para que se cumpla tenemos que estar preparadas.

—Pero no podremos hacer esto solas. Necesitamos más gente para que luche con nosotras -dijo Tzuyu-

—¿Quién en su sano juicio se metería a la cueva del lobo por voluntad propia? Nuestra raza es egoísta, solo buscamos nuestro propio bien -dijo Nayeon éxceptica-

—A menos que el destino de toda nuestra raza corra peligro -interrumpió Sana-

—Tendremos que ir a visitar a alguien -me levanté del sillón para poder hablar con estilo- Chicas, hora de irnos.

Todas se pusieron de pie, algunas con duda de adónde iremos, otras preocupadas por todo lo que vendría.

—¿A donde iremos? -preguntó Tzuyu quién estaba a mi lado-

—Iremos a Tokio -respondí-

Sana, que estaba detrás de mí suspiró profundamente.

—Hace mucho tiempo que no la vemos Jihyo ¿Crees que ella nos recibirá? -dijo Sana-

—Es mi madre después de todo ¿No? Estoy segura que nos recibirá, siempre y cuando tú estés conmigo ahí -dije volteandome para agarrar su mano-

—Tenlo por seguro que estaré contigo siempre Jihyo -entrelazó nuestros dedos y se acercó para darme un corto beso en los labios- Eso prometí cuando nos casamos ¿No?

—Si eso prometimos... -dije sonriendo sobre sus labios-

Íbamos a seguir en lo nuestro hasta que una tos nos saco de nuestra burbuja.

—Esto es incómodo... -dijo Jeongyeon, recibiendo un codazo de Nayeon- ¿¡Eso por qué fue!?

—Por imprudente -respondió y luego se giró a nosotras- Realmente amo como ustedes se quieren chicas pero... ¿Nos vamos ya?

—Vamos entonces. Japón está muy lejos de aquí -dije y una a una empezaron a correr lejos de la mansión- ¿Me acompañas?

Pregunté a Sana y ella tomo mi mano nuevamente.

Hasta el fin de mi vida.

Sana sonrió y ambas salimos corriendo detrás de las demás.

𝐘𝐨𝐮𝐧𝐠𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 | ᵀᶻᵘʸᵘ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora