Leave Your Lover {Shawn Mendes Fan Fiction}

II

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II. Rose Gold

Mis tardes sin Austin son aburridas aunque no difieren mucho de los momentos en los que estoy con él. Lo único que cambia de estar con o sin el es la sensación de soledad.

Desde que nos casamos me ha puesto a cargo de sus actos filantrópicos por lo que solo me limito a contestar correos y firmar cheques hasta el cansancio. Me dedico a esto cada día de mi vida desde hace un año.

Sé que no es muy tarde pero la cantidad de cheques que he firmado y todos y cada uno de los correos que he leído hacen que me  quede dormida sobre aquel escritorio hasta que siento una mano pasar por mi espalda y otra por debajo de mis rodillas para alzarme con facilidad. Rayos, aún no estoy lista para esa dichosa cena pero quiero seguir durmiendo.

El olor característico de aquella suave loción y un ligero aroma a nicotina me hace darme cuenta de quien es el que me lleva en sus brazos y con ello solo puedo pensar en qué comentario mal intencionado me dirá por no estar lista para su invitación.

—¿Que hora es?.—Cierro los ojos tratando de esquivar su penetrante mirada azul y me refugio aún más en mi almohada la cual retira un poco para poder observarme.

—Tarde.—Mira su reloj y hace un gesto algo disgustado. Pero, más que disgusto, puedo ver una ligera mueca de tristeza. Ay no.

—¿Podemos cambiar esa cena para después? Estoy muy cansada.

—¿Tengo opción?

—Lo siento.—Lo miro caminar hacia el pequeño frigobar que ha mandado a instalar en nuestra habitación y toma de el una cerveza. El hombre creador de los vinos más finos e importante del país prefiere las cervezas, quien lo diría.

—Duerme un poco más, tal vez más tarde puedas acompañarme a la cocina por algo de comer.—Sus pasos son ágiles al momento de quitarse los zapatos y recostarse a mi lado para ver un poco de televisión. Me acerco un poco a él temiendo por su rechazo pero tengo como resultado su inclinación para darme un beso en el cabello y sus caricias en mi espalda.

Esta versión de Austin es mi favorita, pero no la veo muy seguido.

Solo cuando necesita obtener algo de mi.

Despierto por el constante sonido del la ducha dándome cuenta que estoy completamente sola en la cama. Al mirar el reloj logro percatarme que es más de la medianoche por lo que mejor decido en ponerme un camisón oro rosado y volver a meterme en la cama. Sé que no podré dormir pero al menos puedo fingir.

Vuelvo a meterme en la cama cuidando que mi mirada quede fija hacia una pared, no quiero ver el rostro de Austin lleno de reproche por haber dormido tanto. Es inútil ya que dos minutos después de escuchar el agua de la ducha ceder comienzo a sentir pequeños besos algo húmedos en mi hombro izquierdo.

—Oro rosado. Sabes cuanto me gusta ese color en ti. ¿Que te parece si...

—No puedo ahora, tengo cita con mi doctor en dos días.—Suspira con enfado y se echa en su lado de la cama usando únicamente ropa interior.—Lo siento.

—Deja de disculparte por todo carajo, pareces un maldito disco viejo.—A pesar de haberme negado a mantener relaciones esa noche eso no le impide subirse a mi cuerpo y tomar mi rostro con un poco de fuerza para hacerme mirarlo mientras habla.—Quiero que me des un hijo, Halsey.

—Austin...—Las lágrimas se acumulan de inmediato en el borde de mis ojos cuando la presión vuelve a mi.—No puedo ahora.

No es la primera vez que me pide esto y tampoco es la primera vez que me niego a hacerlo. Hemos tenido un sinfín de discusiones al respecto pero... ¿Cómo voy a hacerlo si ni siquiera sé si puedo tenerlos?

—¿Por qué te asusta tanto? Sabes que no voy a dejarte sola. Seré un buen padre.

—No es por ti.

—Nunca es por mi. Eso ya lo sé.

—¿Y si no puedo tenerlos o si no puedo cumplir las expectativas que tienes de mi como madre?.

—Ese es el truco muñeca, no tengo expectativas contigo.—No sé que es más cruel, sus palabras o que simplemente ya no tenga vergüenza para decirlas.—¿Has dicho que tienes cita con tu doctor en dos días? Bien, moveré un par de cosas en mi agenda y te acompañaré. Si hay algo malo quiero que ambos estemos enterados.

Mis teorías del porqué se comportaba tan amable eran ciertas... solo puede pensar en su propio beneficio.

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—Señor Host, ¿Podría esperarnos afuera?.—Mi esposo asiente algo inconforme y sale del consultorio de mi doctor. No debe ser fácil salir sin respuestas después de recibir la noticia que las posibilidades de ser padre eran bajas.

—Lo que le has dicho, ¿Es cierto?.

—No, estás en perfecto estado Halsey pero he visto un poco de tu angustia durante toda la cita. ¿No te sientes cómoda con algo?

—Aún no quiero hijos.—Confieso.

—No tienes porqué tenerlos si no es tu deseo.

—Pero Austin...

—Puede ser tu pareja pero no por ello tiene que obligarte a tomar una decisión que no deseas. Toma ácido fólico por dos meses y cuida tú alimentación para preparar a tu útero por si cambias de opinión pero recuerda que es tu cuerpo y tú decides que hacer con el.—Asiento y salgo de aquel sitio sin saber que es lo que me espera.

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Es jueves. Mañana estaré asistiendo a aquella cena de inauguración y aún tengo que buscar un par de zapatos para el vestido que usaré.

Un bonito vestido oro rosado, perfecto para la promoción del vino rosado que Austin ha elaborado.

Interrumpo la práctica de guitarra de Austin para despedirme pero termina insistiendo en acompañarme. Acepto solo con la condición de ser yo quien conduzca y se haga cargo de las compras.

Ha sido una mala idea permitirle venir ya que durante veinte minutos habla de lo lento que conduzco y del porque él debería ser quien condujera, vuelve locos a los vendedores de cada tienda a la que decido entrar y termina por elegir los zapatos que debo usar.

No puedo ni imaginarme como se comportará el día de mañana.

Mientras más días pasan... más me arrepiento de haber pensado con la cartera y no con el corazón.

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Dedicado a

Pronto aparece el protagonista, no desesperen.

Sigue en pie la dedicación especial.❤️
¿Quien es Austin Host?