Leave Your Lover {Shawn Mendes Fan Fiction}

XV

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XV. Forever.

Sus brazos son la mejor sensación.

Su perfume entra en mi nariz con suavidad haciéndome sentir segura y a salvo. Me hacen sentir paz y eso es algo que me encanta. Levanta mi mentón y sonríe mientras seca aquellas pequeñas lágrimas que he derramado ante este encuentro... pensé que me odiaba y descubro que es todo lo contrario.

—Demonios, Shawn. ¿Por qué me hiciste esto?

—¿Lo que te hice? Traté de llamarte por semanas, ¿Nunca recibiste mis textos ? Mis llamadas no entraban y pensé que eras tú quien me habías bloqueado.

—Te extrañé tanto.—Su nariz acaricia la mía con gentileza y trata de unir su cuerpo más al mío pero aquella pequeña barriguita creciente se lo impide. Mira hacia abajo y me observa por un par de segundos antes de entristecer su mirada.

—Supongo que debes ser muy feliz con Austin. Sé lo mucho que llegó a presionarte con la idea de tener un hijo, debe estar muy contento.—¿Cómo le digo que este pequeño es suyo sin que se desmaye en pleno estacionamiento?

—¿Podemos tomarnos un café? Tengo mucho que contarte.

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El hogar de Shawn luce un poco triste sin su padre en este sitio. Ver a Tarzan de nuevo me ha puesto muy feliz, está enorme a pesar de solo haberlo dejado de frecuentar hace tan solo dos meses. Me ofrece una botella con agua al rechazar la taza de café y abre uno de los paquetes de galletas que él ha comprado para su despensa y solo sonríe algo enternecido en cuanto me ve devorarlas en solo cinco minutos. Lo miro con atención cuando habla sobre su padre, me cuenta que él sigue en aquella clínica y ahora ha tenido más avances que nunca. Al final del día tomó la decisión correcta, su padre está muy feliz y él no podría sentirse mejor por ello.

En cuanto es mi turno de contarle que ha sido de mi vida decido no tocar el tema del bebé por ahora, solo me limito a contarle un poco sobre aquel Adult Day Care que he creado gracias a él y le cuento un poco sobre como el trato de Austin ha mejorado solo un poco. Él me escucha con atención pero sé que está deseoso por hacerme otra pregunta.

—¿Cuántas semanas tienes de embarazo?.—Es hora de la verdad.

—Diecisiete.

—¿Hace cuantas semanas dejamos de vernos?

—Once.

—Entonces...

—Si estás pensando lo mismo que yo... sí, este pequeñito es nuestro. El día en el que me has pedido dejarte de ver ya lo sospechaba pero creí que solo estaba buscando excusas para no alejarme, dos semanas después Austin insistió hasta el cansancio que aceptara ir a un doctor porque la estaba pasando mal... y nos dio la noticia.

—¿Él lo sabe?, ¿Lo nuestro?.—Habla muy despacio. Es como si no pudiese creer todo lo que he estado contándole.

—Creo que llegó a sospecharlo pero nunca me confrontó. Él cree que el bebé es suyo y... no se que voy a hacer en cuanto le diga la verdad. Nunca lo había visto tan entusiasmado.

—Halsey, si tú has vuelto a ser feliz con él no voy a interponerme. No quiero arruinar tu felicidad.

—Tú eres mi felicidad.—El toque de sus dedos es tan suave. Tan familiar. Mi mejilla busca su calor y veo como me sonríe. Sabe que me tiene y yo sé que me pertenece.

—Déjalo. Déjalo por mí. No puedo darte oro ni todas las riquezas que él te da. Pero ¿De que sirve si su amor hacia ti es superficial? Mereces lo más bonito de este mundo. Mereces sentirte amada.