Leave Your Lover {Shawn Mendes Fan Fiction}

VIII

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VIII. Saint-Tropez.

Shawn no ha contestado mis mensajes durante al menos una semana. Cada llamada entra directamente al buzón de voz. ¿Qué sucede con él?, ¿Todo se debe al hecho de ser una mujer casada? Me ha hecho promesas... no puedo creer que tan poco le ha durado su lealtad hacia mi.

No puedo evitar sentirme frustrada. Sentir que ha jugado con mis débiles sentimientos y me ha ilusionado en cuanto demostré transparencia ante él. Estoy enfadada con él y conmigo misma porque aun así no puedo evitar preocuparme por él.

Austin me ha hablado de nuestro viaje a Saint-Tropez y aunque a un principio pensé rechazarle... creo que debo ir a ese viaje.

Lo lamento, Shawn. No voy a permitir que sigas jugando conmigo.

—¿Tienes tu pasaporte? , ¿No se te ha olvidado nada? No quiero que tengas historias trágicas en cuanto estemos volando, Halsey.—Me riñe mi esposo en cuanto nota que estoy terminando de empacar mi maquillaje.

—Tengo que hacer una parada en Walgreens, necesito más anticonceptivas.

—¿Para que los sigues tomando? Yo puedo hacerme cargo de cuidarte.

—No confío en ti.—Confieso obteniendo una mala cara de su parte. Es cierto, no puedo ni imaginarme que podría hacer si depositara mi confianza absoluta en él.

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El vuelo resulta agotador, llevamos más de diez horas de vuelo y aún nos quedan otras diez horas. Volar con Austin no es tan divertido como lo recordaba, se la ha pasado jugando con su iPad una vez que me ha puesto a ordenar los cientos de archivos sobre obras benéficas en mi computador. Él ni siquiera se encarga de estos asuntos, ¿Por qué quiere que lo haga?

Duermo un poco acurrucada en mi asiento envolviéndome tanto como puedo en una afelpada cobija que he conseguido especialmente para los vuelos. En algún momento siento los brazos de mi esposo acercarme a él con cuidado, besa la punta de mi nariz dándome la oportunidad de sentir un ligero aliento alcoholizado en su respiración. Oh dios, ¿Tendré que soportar a un Austin ebrio durante todo el fin de semana?

En cuanto nuestro avión aterriza y siento el cálido clima francés no puedo evitar sonreír dichosa y esperar con ansias el auto que nos llevará a la villa de los padres de Austin. Realmente estoy ansiosa por poder tirarme en un camastro y disfrutar de los cálidos rayos de sol que Saint-Tropez tiene para mi.

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—Creo que lo tienes mal atado.—Los agiles dedos de mi esposo deshacen el nudo superior de mi bañador haciendo que por inercia sujete aquella tela sobre mi pecho antes de que cayera. Sus manos se acentúan en mis caderas y trata de estirar los nudos laterales del bañado mientras deja pequeños besos húmedos en mi asoleado hombro.

—Por favor, hoy no. Quiero descansar.

—¿Por qué me rechazas tanto, muñeca? Este es el propósito del viaje. Revivir nuestra luna de miel.

—¿Enserio?, ¿Viajamos veinte horas solo para que tú pudieras tomarme en un continente diferente?

—Halsey.—Le escucho suspirar pesadamente y cubre su rostro con sus manos en señal de frustración.—No sé que demonios estoy haciendo mal para recibir tu rechazo. He trabajado tanto estas últimas semanas para ser el hombre del que te has enamorado, creo que merezco un poco de crédito por ello.—Se marcha enfadadísimo y no puedo evitar sentirme un poco culpable por ello. No por su enfado ya que sé que tiene razón sino por el hecho de saber que cree que me he casado enamorada de él.