-' Colours ♡ yoonseok '-

Soixante et onze.

Namjoon dio algunos pasos adelante sin siquiera pensarlo dos segundos, poniendo su cuerpo frente al del joven anaranjado que lo miró confundido.

El alto, simplemente movió sus manos y lo más parecido a una proyección se extendió en frente de ellos, había vídeos y datos por montón, comprobando lo que Hoseok había dicho antes.

ㅡ Es cierto, viven exactamente diez personas en el mundo con el mismo poder que ese niño, y hasta ahora, lo único malo que he podido presenciar ha sido su presencia ¿qué es lo que se creen? ¿Una especie de exterminadores? No pueden simplemente hacer desaparecer un bello color de esta tierra porque no les gusta.

El ser oscuro acortó los pasos que los separaban, Jimin parecía estar esperando esa acción, porque entonces jaló el brazo de su pareja, y el joven de color rosa reaccionó de inmediato, tomando a Hoseok de la cintura para alejarlo ante el peligro y ahí fue cuando todo comenzó.

Hizo falta aquello para que Jungkook reaccionara y se soltara del agarre de su destinado, corriendo para levantar su puño y alejar de un golpe aquel oscuro que sostenía ahora el cuello de la camisa de NamJoon mientras le gritaba que todos estaban locos por querer defender al pobre pequeño.

El de color verde no pudo quedarse atrás, porque le aterraba la idea de que pudieran herir a su alma gemela, pero algo estaba  bloqueando su capacidad de detener el tiempo. En lugar de funcionar, sentía pinchazos dolorosos en su sien que no le permitían actuar, y  no tardó en notar que uno de los seguidores del hombre que les estaba causando daño, tenía su poder sobre él, transformando su don en dolor ¿qué clase de poder era ese? No le quedó de otra que actuar físicamente, abalanzando sus pasos rápidamente para dar el primer golpe y defenderse tanto él mismo como a su novio.

Jimin se movía rápido y ágil esquivando los golpes que ya había predicho, y cada vez que tenía oportunidad, tocaba la mejilla o las manos de algunos de esos seres, dejándolos aturdidos en visiones por algunos segundos en lo que él escapaba para proteger a Hoseok. Aunque sus intentos parecían ser en vano, porque ante la escena, el chico de la euforia se preocupó en demasía. Tanto daño, tanto dolor no le permitían estar tranquilo, y se liberó del agarre que lo sostenía fuertemente para correr ante su único objetivo, del cual él también parecía serlo.