-' Colours ♡ yoonseok '-

Quarante.

-Mi libro favorito es El Principito, ojalá algún día puedas leerlo si llegas a nuestros brazos. Me gustan sus frases, porque la primera carta que recibí de YoonGi tenía una.

Era una versión de Hoseok que YoonGi nunca había visto, pero que ahora tenía la oportunidad de guardar en su memoria gracias a que había vuelto temprano.

Sentado a un lado del capullo cerrado, rodeado de las flores que el mismo había creado, siendo el inocente y juguetón joven que era en escencia. Soltaba aquellas palabras como si en verdad pudiera hablar con el pequeño, era casi mágico.

YoonGi deseó que esa imagen pudiera ser eterna, quería ver a ese chico de piel naranja con la camisa de estrellas que tanto le gustaba, ahí, siempre, perfecto.

-"Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que la mire para ser dichoso."

Citó YoonGi mientras se acercaba a su pareja, sabía que esa era la parte favorita de Hoseok, de ese libro que se había convertido en el más leído.

-¿Crees que se abra pronto?

-Solo el destino sabe cuánto tiempo tomará, no te impacientes.

-Es difícil no hacerlo, YoonGi.

Y para que Hoseok quitara esa carita afligida, YoonGi intentó algo nuevo. Creó una luz, un poco más grande que las usuales, y la dejó flotar, alto, alto, hasta que la misma explotó cual pirotecnia en la tibia tarde.

Claro, Hoseok quedó tan asombrado, que sus ojos tomaron ese brillo tan especial que sólo YoonGi podía lograr. El corazoncito de Hoseok ya lo había perdonado del todo, dejando ir el miedo.

El capullo de la margarita bebé, comenzó a abrirse.