Quarante et un.

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Hoseok tenía entre sus brazos un bebé.

¿Pueden creerlo?

Era un niño, un precioso niño de ojos azules. YoonGi estaba adentro de la casa, buscando con desesperación algo para ir a cubrir el menudo cuerpo de aquella personita que había salido de la margarita.

Alguien tocó la puerta, y el de cabellos celestes se vio en la obligación de atender el llamado. Se encontró con un Jimin y su amigo de color rosa, ambos sonriendo y con un globo que decía "Felicidades". Sus mejillas se tiñieron de ese color tan odiado y no tuvo más remedio que dejarlos pasar.

-¿Cómo se enteraron?

-¿Olvidas que puedo ver el futuro? Yo ya sabía que esto pasaría.- Jimin corrió al jardín. Hoseok se encontraba sentado en el pasto rodeado de las flores, se veía muy bonito según Jimin.

Sólo imaginen al chico de cabellos caramelos, con su piel naranja brillando al Sol y una sonrisa inocente en su dulce rostro mientras miraba al bebé en sus brazos como si fuera la rosa más preciosa del mundo.

Jimin se acercó tímido, acariciando con su mano la mejilla del recién nacido, a lo que una imagen llenó todos sus sentidos.

El pequeño crecería bien, al lado del chico de la euforia y el de la tranquilidad. Su poder sería la proyección de pensamientos, donde lo que imaginara, podría volverse realidad.

-' Colours ♡ yoonseok '-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora