Quarante Cinq

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YoonGi le había dicho a Hoseok que su alma era del color del atardecer, pero ahora el de cabellos caramelos se encontraba sentado en el jardín como acostumbraba y el atardecer tenía muchos colores.

A medida que se ocultaba el Sol, el cielo tenía un color anaranjado fuerte, seguido de amarillo, algo rosa y finalmente un lila fuerte.

Así que Hoseok había quedado algo confundido, o quizá sólo su confusión se debía a que se concentró tanto en admirar la faceta de preocupación de YoonGi, que no había escuchado del todo la explicación de su pareja.

Y es que era difícil no verlo con más detalle, allí estaba ese color azul marino que tanto le gustaba en sus mejillas junto con los brillitos que adoraban su rostro.

YoonGi era su pequeña galaxia.

Hoseok se preguntó si quiera si su alma en verdad tenía un color o simplemente era un ente transparente que se encargaba de que las puertas automáticas del supermercado se abrieran ante su presencia.

No lo sabía.

YoonGi se acercó a él con el pequeño niño en brazos; le había vestido con una jardinera que Hoseok había adornado con flores, sobre una camisa con estrellas y unos zapatitos azules.

-He decidido un nombre.- Simplemente soltó YoonGi, con aire triunfal.

-¿En serio? Es agradable escuchar eso.

YoonGi le dio pequeños besitos en las mejillas a su pequeño bebé, luego repitió la acción con Hoseok.

El chico de la euforia pensó que podría acostumbrarse al estado meloso en que YoonGi se encontraba.

Sobretodo porque su aura desprendía  tanta paz, que hacía que Hoseok irradiara felicidad otra vez.

-' Colours ♡ yoonseok '-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora