Tomar algo tuyo

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Desde hace algunos años Zeke trabajaba como fotógrafo en una agencia de modelaje y cuando vio a Mikasa por primera vez, supo que esa mujer seria la madre de sus hijos.

No fue para nada sencillo iniciar una relación con alguien cuya autoestima estaba por los suelos, su amor propio era casi nulo pues las burlas que sufría en el pasado la dejaron con muchas grietas en su corazón.

Coincidió pues que para ese tiempo Zeke requería con urgencia una modelo porque la que estaba contratada acababa de torcerse el tobillo con unas plataformas de 20 cm y frente a él estaba Mikasa en su segunda cita.

La brisa de ese día daba directo en aquel pálido rostro, despeinado un poco su negro cabello mientras ella con mirada soñadora observaba los niños del parque jugando.

No lo dudo, Zeke tomo la delicada mano de Mikasa y la llevo con él hasta la agencia donde sus colegas de trabajo quedaron impresionados al verla, por su belleza natural y por su altura.

-Mi niña, ¿No lo sabes? Las mujeres como tú son una bendición para este medio-

El jefe de Zeke jefe interfirió al ver que Mikasa estaba un tanto recelosa. Era un favor que estaban pidiéndole esas personas que no la juzgaban y, armándose de valor, acepto cooperar.

Aquella sesión imprevista fue toda una sensación dentro de la agencia de modelaje porque Mikasa tenía un don natural para que las tomas que capturaba Zeke con su lente quedaran perfectas.

-¡Tsk! Esta es la décima vez que preguntan por ti ¿Tan buena eres en el modelaje?-

A partir de ese evento el bufete se llenó de llamadas constantes, la agencia estaba tratando de recular a Mikasa para ponerla en sus filas como una modelo amateur debido a que las fotografías le habían gustado mucho a los representantes de la marca para la que acababa de modelar.

-No les haga caso, se cansarán de insistir y no recibir respuesta-

Por otra parte, Sasha miraba en su amiga el gran potencial que tenia por lo que la animo muchas veces hasta que Mikasa finalmente cedió y fue a la agencia de modelaje donde Zeke una vez más se encargó de la sesión de fotos.

Coincidían tanto en aquella agencia que esas citas pequeñas y los detalles que tenía Zeke con ella fueron un puente que poco a poco los unió.

A él le agradaba demasiado verla sonreír, conocer sus gustos y saber que esa mujer no era una persona vanidosa sino alguien llena de virtudes que antes no fueron explotadas del todo.

-¿Quieres ser mi novia?-

En una pasarela a la que Mikasa asistió y en la que fue la última en salir, Zeke en frente de todos los asistentes se le declaro a Mikasa y ella acepto porque miraba en aquel hombre cierto parecido a Jean.

Y aunque en un inicio Mikasa busco en Zeke la figura de Jean, al tratarlo de cerca se dio cuenta de las diferencias y eso la enamoro lentamente.

Zeke era una persona alegre, le gustaban los niños y disfrutaba mucho su trabajo al grado de poner todo de él para que sus tomas fueran únicas y de lo mejor.

La diferencia de estaturas era de 15 cm, no importaba para Zeke porque él sostenía orgulloso la mano de Mikasa mientras iban a sus citas y ella lucia hermosa con los vestidos que en la agencia de modelaje le daban algunos patrocinadores.

Fue así como los fines de semana Mikasa trabajaba como modelo, el resto de los días permanecía en el bufete con sus compañeros de trabajo que, al ver las fotografías de Mikasa en algunas revistas de moda, se empezaron a acercar a ella.

Titánica mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora