Alrededor de las diez de la mañana y tras compartir un saludable almuerzo, Mikasa y Jean tomaron caminos separados: ella regresó a su hogar donde se la pasó suspirando por el buen inicio de día que acababa de tener mientras Jean...
-El Dr. Arlert no se encuentra por el momento, en su lugar lo atenderé yo-Ya estaba ahí, la decisión de tomar las riendas de su vida fue algo que se le ocurrió al mudarse a Nueva York e incluso hizo una cita con un terapeuta para poder salir del hoyo en el que estaba metido.
Claro, de eso ya había pasado algo de tiempo, yendo a su primera cita hace aproximadamente dos semanas atrás. A la segunda cita no acudió, pero esta ocasión fue sin previo aviso por lo que no esperaba ser atendido y menos por alguien diferente.
-Pase, por favor-Una blonda mujer de penetrante mirada azul lo recibió.
Jean no estaba del todo seguro. Sin embargo, se recosto en aquel diván mientras aquella terapeuta se acomodaba a un lado suyo.
-¿Por dónde empiezo?-En la primera sesión no hablo mucho, simples palabras honestas que de sus labios salieron para presentarse con el Dr. Arlert que no estaba por el momento.
-Por donde le sea conveniente-Jean con las manos sobre su vientre, ambas entrelazadas.
Observaba el techo y aquel abanico que se movía serenamente, aquel piso estaba lleno de consultorios independientes donde varias personas eran atendidas por diferentes causas.
-Me deprimo con facilidad cuando recuerdo mi pasado-Jean movía uno de sus pies, trataba de tranquilizarse.
-Hábleme un poco de su pasado, quizás de su niñez o de su adolescencia-Trataba de concentrase lo mejor que podía en sus memorias.
-Viví hasta los 16 años en Busan... mis abuelos me criaron como un hijo. Yo no deseaba ser una vergüenza para la familia-Jean rememoraba su pasado, el aroma impregnando en el ambiente lo tranquilizaba.
-¿Por qué?-Aquella terapeuta estaba tan serena.
-A los treces años me importaba poco el género de las personas, sentía atracción por los hombres al igual que por las mujeres, pero no me consideraba ni homosexual ni bisexual. Me daba igual si la persona en cuestión era un travesti o un transexual y me sentía diferente a los demás, por lo que investigue más acerca de mi rara forma de ser: soy pansexual-Sintiéndose más relajado, Jean hablaba más fluido.
-¿Cómo fue su primer relación?-Jean sonrió.
-Lo tengo bien presente...-Aquella terapeuta escuchaba atenta.
[Hui de mi hogar a los 16 años para no causar vergüenza a mis abuelos porque ellos eran de pensamiento cerrado. Algunos de mis amigos eran homosexuales y eso no me importaba porque los apreciaba como seres humanos e incluso sentía atracción por ellos, esas ideas me llevaron a replantearme lo que deseaba hacer con mi vida.
No quería ser una deshonra para mi familia, pero tampoco deseaba ser hipócrita con los demás por lo que me fui de casa. No sé cómo termine en Moscú, las calles vaya que eran frías y las persona un poco más porque aunque busqué trabajo nadie me tendió la mano.
Eso me llevó a vagar por las calles sin rumbo fijo, buscando calor en las cajas que dejaban cerca de los contenedores para basura. Ahí cuando conocí a Reiner, un hombre algo mayor, pero él fue el único que me tendió la mano cuando más lo necesitaba.
Era muy apuesto y su mirada, aunque parecía sombría era tibia con los que amaba. Por ese entonces estaba desnutrido y me cuido, no entendía ni una palabra de lo que me decía, pero poco a poco aprendí a comunicarme en su idioma, las lenguas extranjeras siempre se me han facilitado.
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Titánica mujer
Fiksi PenggemarEl amor se presenta en diferentes formas, tamaños, colores y medios. Mikasa conocerá ese sentimiento hermoso en uno de sus colegas de trabajo con quien compartirá momentos llenos de alegría pero también momentos llenos de lágrimas que la dejaran con...