Breeze |Larry Stylinson| [3]

Capítulo 27.

—Tiene que ser una broma— Louis murmura a través de su celular— estoy de vacaciones, no pienso volver.

El ojiazul se paseaba de un lado a otro, tenía su ceño fruncido y apretaba con fuerza su celular.

—Has tenido suficientes vacaciones y te necesitamos aquí, así que vuelves mañana mismo.

—Dije que no.

—Tienes un contrato y aún tienes que hacer una pequeña parte, pasado mañana te daré los detalles— Louis entreabre sus labios totalmente indignado y corta ls llamada para luego lanzar su celular contra el sillón.

Dom alza ambas cejas ante ese gesto y se acerca a Louis para ver que era lo que ocurría.

—¿Qué pasó?

—Christian quiere que vuelva pasado mañana a Londres, debo hacer algo y me necesita allá— el ojipardo hace una pequeña mueca ante eso, era una miérda, las vacaciones estaban saliendo de maravilla.

—No puedes decir que no.

—Eso ya lo sé y por eso estoy así.

Que miérda de día.

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Harry estaba metido en su celular mientras el tatuador repasaba las líneas sobre su piel, el tatuaje no se demoraría más de 7 minutos, era algo pequeño y simple.

Da like a un par de post de instagran y su mirada recae en Louis el cual tenía la mirada perdida, lo había notado extraño desde que se juntó con él durante ese día.

Harry mira su piel enrojecida cuando la máquina deja de funcionar, sonríe un poco cuando ve el pequeño plástico en su cadera y se levanta de su lugar acomodando su ropa interior junto a sus pantalones.

Louis se acerca para tomar el lugar de Harry y el ojiverde aprovecha de acariciar su mano mientras el tatuador volvía a preparador todo.

Debía alistar el boceto, la nueva aguja de la máquina y la tinta junto al antiséptico.

Louis mira a Harry y este se inclina para dejar un beso en la punta de su nariz.

—Sea lo que sea que tengas en esa cabezita tuya, estará bien— el cuerpo de Louis se relaja ante eso y asiente con lentitud, finalmente una pequeña sonrisa se forma en sus labios.

Louis sabía que debía hablar con Harry, sabía que debía decirle y muy en el fondo temía por como reaccionaría, si fuera por él no iría a ningún lado, pero no podía mandar todo a la miérda, su firma estaba en papeles importantes y debía respetarlos.

Sale de sus pensamientos cuando comienza a sonar la máquina y el primer pinchazo cae en su piel, sólo se sentía el primero, luego todos los demás eran historia.

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—¿Me dirás que sucede?— Louis se detiene en su lugar y su mirada se posa sobre Harry, hace una pequeña con sus labios y se acerca para abrazarlo, necesitaba estar entre sus brazos.

—Mañana debo viajar a Londres, me llamó mi representante y tengo que ir a hacer cosas importantes— listo, lo dijo.

—¿Esto te tenía preocupado? Está bien Lou, no hay problema, es tu trabajo y lo entiendo— el ojiazul en ese momento se siente tan malditamente comprendido que se alza en la punta de sus pies y deja un cálido beso sobre los labios de Harry.

La noche los envolvía a ambos y sus únicos acompañantes en esos momentos era el sonido del mar y la luz de la luna.

Louis se remueve en su lugar y siente la arena entremedio de los dedos de sus pies, ríe ante las cosquillas que le causaba.

Harry toma su mano y se separa del ojiazul, el castaño lo mira confundido por un breve momento.

Harry jala de Louis a través de la orilla de la playa y ambos sienten perfectamente como pequeñas gotas caían sobre sus rostros.

Louis podía escribir una canción de este momento, era perfecto.

Louis mira la luna sobre su cabeza y sonríe ampliamente al recordar que él era la luna de Harry.

We're running in the moonlight.

El ojiverde se detiene y Louis también lo hace, Harry toma por la cintura a Louis y este pone sus manos sobre sus hombros, el ojiazul puede notar como ambos habían comenzado a dar pasos torpes, estaban bailando una pequeña balada y su música era el sonido de las olas rompiéndose.

We're dancing in the open waves.

Louis ríe atesorando completamente el momento y aún sin dejar de bailar, apoya su cabeza sobre el pecho de Harry.

You're hangin' for a good time...
Something that'll make you stay.

Miérda, realmente quería quedarse, ahora que tenía lo que siempre había necesitado junto a él, sentía que no necesitaba nada más para ser felíz.

Harry estaba ahí, frente a él moviéndose con suavidad mientras mantenía las manos en su cintura, manteniéndose en silencio y disfrutando junto a él.

Ambos estaban recién tatuados y no sólo era en su piel, el nombre del contrario estaba tatuado en sus corazones y estos podían confirmarlo por sus latidos acelerados.

Ambos estaban tan jodidos.