XVI

139 20 10
                                    

Los nervios me estaban carcomiendo por dentro.

Las palmas de mis manos se humedecían con el molesto pensamiento de que ya casi era la hora de ver a Liam.

Habíamos acordado vernos en el bosque, donde nadie pudiese vernos o interrumpirnos. Tenía miedo de que Frederic nos descubriera, pero tenia aún más miedo por cómo reaccionaría Liam.

Me sentía una reverenda mierda... primero por engañar a Fred, y luego por haber ilusionado a Liam inconscientemente. Sin embargo, a pesar de la culpabilidad que se acumulaba en mi pecho, algo dentro de mi razón me decía que no era culpable de nada, no era mi culpa haberme enamorado de un hombre como Liam, y tampoco era mi culpa que mi relación se estuviese yendo al carajo.

Si bien sabía que Frederic era el único con ese peso en sus hombros, yo me sentía impotente porque jamás había intentado mucho por rescatar lo que un día nos unió, pero siendo honesto conmigo mismo, sabía que por más que buscara la solución, aquellos ojos avellana me seguirían a donde fuese.

La noche de ayer mientras me duchaba, no pude evitar soltar un llanto ahogado rogándole a dios porque me diera una simple señal para saber que hacer. Pidiéndole que si así era como debía actuar, que alejara a Liam para no seguir lacerando más mi corazón... pero Dios mismo sabía que yo estaba jugando con fuego, porque todo era una mentira que me había creado para  ignorar que mi boca deseaba sentir aquellos labios ajenos sobre los míos.

Niego exhausto y bajo la mirada hasta el reloj de mi muñeca. 1 hora y el momento llegaría...

Paso mis dedos entre el cabello y decido abrir la pequeña bolsa de papel en donde se encontraba mi almuerzo. Frederic se había levantado muy temprano para preparar el almuerzo de ambos e incluso había escrito una nota con una vieja frase de Walter Riso.

Cliché pero tierno.

Tomo el emparedado entre mis dedos y despegó la orilla con mucho cuidado de no romper la rebanada. No soportaba las orillas del pan, me daban cierta incomodidad al masticar.

-Aqui estas- dice Sandra con una sonrisa

-Aqui estoy- le doy una media sonrisa y devuelvo mi emparedado a la bolsa

-¿Qué tienes?- frúnce un poco el ceño acercándose hasta el mostrador que nos separaba

-Nada...- miento

-Leo, no intentes escabullirte y dime que sucede- extiende sus manos hasta tomar las mía y apacigua su mirada con un brillo compasivo

-Yo...- dejo salir un amargo bufido- Me enamoré de Liam

-¿Y eso es malo?- pregunta elevando ambas cejas

-Si, yo tengo un compromiso con Frederic...- bajo la mirada hasta nuestras manos entrelazadas- No me siento bien haciéndole esto, Sandy. Ayer volvió y... lo hubieses visto, no podía reconocerlo.

La mujer me escucha con atención mientras intenta procesar cada una de las palabras que yo le decía.

-Entonces ¿dejarás a Liam?- miro fijamente sus ojos claros y me detengo por unos momentos para pensar lo que sus labios acababan de pronunciar.

¿Cómo podía dejar a alguien si nunca fuimos nada?

Somos amigos, eso es verdad. Pero mis sentimientos por el no tenían nada que ver.

-Yo...prefiero terminar con esto antes de que ninguno de los dos pueda parar- trago duro- Liam es un buen chico, no me perdonaría lastimarlo

-¿Entonces por qué haces esto,Leo? Yo, sabes que soy tu amiga y te apoyare en todo pero...¿Estas seguro que Frederic es albque quieres?- sus ojos brillaban con un toque de inseguridad haciéndome sentir pequeño. Mi corazón se oprimía cada vez más dentro de mi pecho.

In Your Eyes / Z.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora