VI

167 27 15
                                    

Abro los ojos y el viento fresco de la mañana roza contra mi cara.

El olor a menta inunda mis fosas nasales haciéndome sonreír, el té estaba listo.

De a poco me levanto de la cama y camino hasta el baño listo para iniciar el día. La noche anterior había sido igual a las anteriores...

Imágenes borrosas de un hombre parado junto a mi cama me hacían perder el sueño, y siempre despertaba con una horrible sensación de miedo que ni siquiera Frederic lograba calmar.

No quería tomarle mucha importancia pues el doctor decía que era normal por el accidente que tuve hacía un tiempo. Pero aún así me preocupaba las tantas veces que el mismo sueño se reproducía en mi cabeza.

Peino mi cabello con ayuda de los dedos y sonrío a mi reflejo en el espejo, tenía que ir a trabajar.

Bajo las escaleras y de un brinco lleg hasta la planta baja de la casa, pronto una figura alta aparece cerca de la estufa.

Enredo mis brazos al rededor de su cintura y respiro hondo el olor de su loción.

-Buenos días- susurra mientras deja una corta caricia en mi cabeza

-Buenos días- me pongo de puntitas y beso su barbilla suavemente.

Frederic no era muy afectuoso, así era su personalidad. Al principio me parecía algo malo, pero con el tiempo me acostumbré a él y su ruda manera de ser. Aún me parecía algo increíble que alguien como él fuera mi novio, era alto, guapo y con un físico increíble...
Me gustaba, y aunque no podía recordar mucho de lo que habíamos vivido, estaba seguro que era un buen hombre.

No por nada llevábamos dos años viviendo juntos, decía.

Diario se levantaba temprano para hacerme el desayuno y me acompañaba hasta el trabajo. Algunas noches cuando llegaba cansado yo le masajeaba los pies mientras le pedía que me contara una vez más la historia de cómo nos habíamos conocido en la universidad.

Aún era difícil acostumbrarme a mi realidad, pero gracias a él , lo estaba logrando.

-Necesito que hablemos, cielo-

El más alto coloca nuestros platos en la barra de la cocina y me extiende su mano para acompañarlo.

-¿sobre qué?-tomo el tenedor y lo clavo sobre un trocito de papa

-En el trabajo me mandaron de urgencia a un viaje de negocios, tendré que salir una semana a Rusia-

Frunzo el ceño confundido y trago de golpe el bocado que estaba en mi boca.

-¿Tanto tiempo? ¿Qué haré sin ti?-

Una sensación de miedo me acechaba, era la segunda vez que me quedaría solo. Pero esta vez sería por más tiempo...

-Lo mismo que siempre, no me necesitas aquí- ríe sarcástico- Además solo son 7 días , puedes hacerlo

-¿Es necesario que vayas?- extiendo mi mano hasta la suya y doy un apretón intentando rogar porque se quedara

-Lo siento, tengo que - chasquea la lengua y continúa comiendo su desayuno sin remordimiento alguno

Sonrió falsamente y bajo la mirada con tristeza.

A veces quisiera que fuera un poco más cálido conmigo. Pienso.

Muevo mi cabeza deshaciéndome de esas ideas y sigo comiendo . No había tiempo para eso, debía ir a la pastelería.

**

-Buenos Días, Leo-

Una dulce voz me llama desde la acera y sonrió amigable hasta la linda mujer pelirroja.
Sandra era casi mi mejor amiga, nos habíamos conocido el primer día que llegué a este pueblo, o al menos, el primero que recordaba.

In Your Eyes / Z.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora