In Your Eyes / Z.P

XXIX

-Súbelo-

Me toman fuertemente de los brazos y me arrastran mientras intento sacarme de su agarre. La tela en la cabeza impedía que viera algo, pero aún podía escuchar el sonido de la música que provenía de la fiesta.

Por favor que nada le suceda a Zayn.

-¡Suéltenme!-

El sujeto de la derecha suelta un puñetazo directo a mi estómago, logrando sacarme el aire. Toso intentando recuperarme, pero el sonido del motor de un auto me hace entumecer.

-Más te vale que guardes silencio-

Sin poder decir algo, ambos sujetos me inmovilizan dentro de lo que parecía una cajuela. Lo único que podía escuchar era mi propia respiración agitada y un par de balbuceos al exterior.

Quería gritar, quería que alguien me escuchara pero había sido inútil.

Cuando Zayn volvió adentro, me quedé afuera sin pensar que dos enormes hombres me golpearían y raptarian. Había gritado con toda la fuerza que conservaba, pero nadie me escuchó.

Con las manos amarradas frente a mi, comienzo a buscar dentro de mis bolsillos algo que pudiese ayudarme a salir de aquí. Me habían quitado el teléfono pero aún sentía la cartera dentro de mi saco.

Dios mío, Harry. Ayúdame.

Un par de gotas de sudor resbalan sobre mi frente debido al forcejeo que había tenido momentos antes. Deseaba con todo mi corazón que Zayn estuviera bien, y por supuesto, que alguien me buscara.

No iba a mentirme a mi mismo, sabía que algo malo sucedería. Tenía mucho miedo, dentro de mi cabeza miles de escenarios falsos pasaban uno tras otro mientras el auto comenzaba a moverse directo a mi destino.

Fue Frederic.

¿Quién más podría haberme mandado desaparecer?

La sangre se me hela con el simple hecho de pensarlo. Ni siquiera me preguntaría si sería realmente capaz de hacerlo porque honestamente no sabía.

Mis acusaciones hablaban respecto a lo que sucedía, pero me era bastante difícil creer que el pudiese estar realmente tras de esto, cuando ni siquiera se enteró de lo que los chicos y yo estábamos planeando.

-Dios...-

No quería perder a Zayn. No quería que nadie más le hiciera daño, prefería mil veces que fuera a mi a quien dañaran.

Mi respiración comenzaba a hacerse un poco más densa cuando el camino por el que el auto deambulaba, se volvió rocoso.

Piensa,Liam. ¿Posibles lugares cercanos a la fiesta, en donde hubiera tanta terracería?

Ni siquiera sabía realmente cuánto tiempo llevábamos en el auto, pero el sudor de mi cara y mis piernas entumidas dentro de ese pequeño espacio, me hacían pensar que había pasado poco más de 40 minutos.

De pronto, el auto se detiene. Las voces de aquellos hombres balbucean algo que no alcanzo a escuchar, sin embargo los pasos sobre la tierra me hacen sentirlos cerca del maletero.

-Si gritas, juro que te mato aquí mismo-

Asiento sumiso y me enderezo a la fuerza para ser sacado del auto con brusquedad. No me quedaba más que ser obediente, mi orgullo estaba por los suelos pero debía saber lo que sucedería conmigo...con Zayn.

Sin cuidado alguno, me arrastran escaleras arriba hasta un lugar donde una canción de música clásica resuena.

Una puerta vieja cruje y la duela bajo nuestros zapatos rechina. Algunas voces indistintas conversan al fondo, mientras esa enloquecedora música comienza a hacerse más fuerte conforme nos acercamos al lugar.