IX

145 22 16
                                    

Doy un último suspiro antes de cerrar por completo la pastelería. Al final había sido un día muy cansado puesto que habían llegado a pedirme más de cinco pasteles para una fiesta de cumpleaños.

Coloco mis auriculares en ambas orejas y comienzo a caminar por la acera.

Mi teléfono no tenía ni una sola notificación nueva y comenzaba a preguntarme por qué Frederic no se había tomado ni siquiera un momento para avisarme si estaba bien.

Si me estaba extrañando...

Era muy penoso al momento de pensar en hablar con el sobre su manera tan fría de ser, sentía que reaccionaría mal o que quizá podría perder lo único conocido que tenía en mi vida.

Así que prefería no hacerlo.

De pronto el recuerdo de esta mañana regresa a mi cabeza. Meto mi mano derecha al bolsillo del abrigo y saco la pequeña cajita púrpura.

No había querido ver lo que era hasta que estuviera en casa. Algo en mi pecho me punzaba con alegria, como un niño pequeño cuando era su cumpleaños.

De a poco abro la caja y saco una nota con el nombre "Leo" escrito... era la letra de Liam.

Guardo el trozo de papel para leerlo después, y saco el hermoso artefacto.

Sentía mis ojos aguarse ahí mismo, era hermoso. Un broche en forma de tulipán rosado...me encantaba.

Paso mis dedos sobre el brillante material y sonrío. Sin duda tenía que agradecerle a Liam, era increíble.

Dos minutos después, estoy en casa. Me deshago del abrigo y camino ansioso hasta la barra de la cocina. Dios...se veía precioso y costoso.

Ahora un raro sentimiento de culpa me carcomía, ¿podía aceptarlo? Es decir, aún no lo conocía con certeza y quizá podría malinterpretarse...

Pero así no era Liam, no parecía del tipo de hombre que querría comprarte con cosas a cambio de algo más.

En ese momento, mi teléfono vibra sacándome de mis pensamientos.

Era Frederic.

Paso saliva y oprimo el botón verde para iniciar la llamada...

-Hola,Cielo- digo con una voz aguardentosa.

Joder, podía ser menos paranoico y falso ahora.

-Hola,Leo. ¿Todo bien?- pregunta como un tono de voz calmado

Tomo aire conteniendo mi ansiedad y me acomodo sobre el banquillo junto a la barra.

-Si, acabo de llegar a casa...-

-Muy bien, ¿estás con Sandra?- pregunta

Lo había olvidado, hacía una semana le había pedido permiso para invitarla a cenar. Y ni siquiera le comenté que ella me tuvo que cancelar por el trabajo... pero pronto una idea emergió de un lugar desconocido para mi.

-Llegará en 10 minutos, tuvo que quedarse más tiempo- contesto con la mirada fija a la nada

-Excelente, no olvides avisarme cuando se haya ido, ¿de acuerdo?- dice dominante

-Si, te mandaré un mensaje- sonrío como si pudiese verme- te extraño...

-Ya pasaron un par de días, estaré de vuelta pronto- contesta con algo de cansancio

-Si...- bajo la mirada decepcionado- Bueno creo que debo empezar con la cena.

-De acuerdo, cuídate Leo, recuerda las reglas...-

In Your Eyes / Z.P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora