love on the brain

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Ten era raro. Y eso Johnny lo supo desde el primer momento.

Todo lo que lo rodeaba parecía ser especial en varios sentidos; sus gestos, sus manías, su forma de pensar. Las frases que de la nada soltaba, que parecían sacadas de un libro de Edgar Alan Poe. Incluso su silencio era raro.

Johnny no sabía si era porque estaba acostumbrado al tipo de personas escandalosas y que no tenían pelos en la lengua o porque simplemente Ten daba esa sensación.

Sin embargo, no le disgustaba. O, no la mayoría del tiempo, porque a pesar de ese pequeño lazo de confianza que había formado con el paso de un mes, el tailandés solía descargar su ira interna, sus comentarios sarcásticos y su mal humor con él.

Pero la disculpa siempre llegaba y Johnny la aceptaba porque sabía que el más bajo tenía pocas veces malas actitudes.

En un mes se dió cuenta que la rareza de Ten era brillante y seductora. Y poco a poco, se hundía más en ella.

𝘄𝗲𝗶𝗿𝗱 ─ johntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora