𝘄𝗲𝗶𝗿𝗱 ─ johnten

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Johnny nunca le haría daño a nadie. Su madre y su padre le enseñaron la importancia de respetar a mujeres y hombres por igual, validar a los demás y mostrarse respetuoso tanto con menores como con mayores. Por lo mismo no soportaba que lo pasaran a llevar como si él fuese menos. Suh se consideraba una persona decente, un humano.

Pero los moratones en sus nudillos podían decir lo contrario. La culpa le carcomía por dentro, incluso si juntaba todas las cosas que Ten habían hecho mal no podía decir que fue su culpa. No debió haber reaccionado así, ni siquiera debió haberle preguntado por su vida amorosa sabiendo que el chico apenas y le contaba cómo le fue en el día.

Mierda, joder, maldición. No había insulto que expresara cómo se sentía.

La mirada asustada y las piernas temblorosas de Ten iban a vivir en su mente hasta que muera. Lo sabía, su corazón no se calmaba y las repentinas ganas de llorar inundaban su garganta.

Abre la boca Johnny. Pídele perdón. Pensó pero sus labios no reaccionaban. Ten respiraba nuy fuerte, no le dejaba pensar con claridad.

Aléjate.

—Aléjate de mí, Johnny— Susurró el tailandés, sacándole del laberinto —E-Está bien, está bien, sé que no querías hacerme daño...

Convincente, Chittaphon estaba tratando de convencerse a sí mismo y a él. A los dos.

—Lo siento— Se alejó abruptamente, dejando caer finalmente las lágrimas que permanecían en sus ojos. —Lo siento mucho, Ten.

—Está bien— La mirada perdida del más bajo le decía lo contrario —Ambos... Ambos necesitamos tiempo para pensar.

—No, no... lo siento, de verdad Ten lo siento— Su voz estaba rota, estaba rogando por perdón.

—Necesito estar solo, John... Por favor, luego hablamos de todo esto.

Ten arrancó, tomó su chaqueta y salió casi corriendo de la casa. Johnny se quedó ahí mismo, parado, mareado ¿Esto realmente estaba pasando? No quería arrepentirse de nada, pero probablemente nunca debió haberse subido al tren.

¿Qué es lo que haría ahora?