i knew you were trouble

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Cuando se despertó la mañana siguiente, escuchaba un poco de ruido viniendo del otro lado de su puerta, lo que lo obligó a levantarse para ver que sucedía.

Las cortinas estaban abiertas, la televisión frente a la mesita de centro estaba encendida y se veía el noticiero. Pudo percatar el olor a panqueques proveniente de la cocina.

Caminó con cuidado hasta la cocina tratando de despertarse completamente, terminó por rascarse la panza mientras se apoyaba en el borde que separaba la cocina con la sala principal.

Visualizó a Ten de espaldas tratando de dar vuelta un panqueque con una espátula, a pesar de verse complicado en la situación por unos segundos, pudo lograrlo.

—No sabía que cocinabas—. Soltó con naturalidad.

—Yo menos—. Respondió de la misma forma, provocando que Johnny se sintiera un poco más cómodo.

—¿Puedo ayudarte en algo?—. Ten asintió, apuntando las tazas que estaban en el fregadero.

—Solo falta el café.

Obedeciendo a la gran cantidad de palabras que su 'roomie' le entregaba, buscó la cafetera y se propuso en preparar café suficiente para los dos. Le agradaba el entorno, cumplía parte de su realidad deseada.

No podía evitar sentirse un tanto confundido y a la vez emocionado por la interacción con el chico que parecía mudo y él. Por un momento imaginó que podría ser así todas las mañanas.

Cuando los dos terminaron sus tareas los dos se sentaron en diferentes lados de la mesa pero ambos daban una buena vista a la ventana en su cocina.

Comieron en silencio, pero uno menos  tenso que las situaciones anteriores. A veces Ten lo miraba y reía un poco, haciendo un pequeño ademán para hablarle pero las palabras no salían de su boca y eso le parecía adorable a Johnny.

Los dos terminaron al mismo tiempo y apartaron sus platos, cuando Seo hizo el intento de levantarse y llevar los utilizado al fregadero Ten lo interrumpió.

—Deja, yo lo hago, no tengo problema—.

Johnny no quería molestarlo y antes de resignarse le preguntó si realmente estaba bien y Ten le respondió asintiendo con la cabeza.

Minutos después el más bajo se levantó y comenzó a lavar los trastes.

Esa mañana Johnny se dió cuenta de que Ten tenía una bonita sonrisa, lavaba y ordenaba los cubiertos dos veces, pero sus ojos se achicaban al sonreír y eso lo hacía lindo.

𝘄𝗲𝗶𝗿𝗱 ─ johntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora