after hours

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Siendo las cuatro de la mañana su puerta fue golpeada una y otra vez hasta despertarlo, al abrirla Ten estaba detrás; vestía lo mismo que en la mañana anterior, su cabello estaba desordenado y parecía tener la mirada perdida.

No dijo nada cuando el más bajo entró a su habitación tambaleándose al mismo tiempo que chocaba con algunos muebles hasta llegar su cama. Sin decir ninguna palabra se acercó con cuidado y ayudó a Ten para sacar su abrigo. El menor sólo sacó sus botas negras y tomó lugar en la cama de Johnny quedándose dormido casi de inmediato.

Había estado todo el día preocupado por el más bajo desde que no lo vió llegar después de su trabajo como de costumbre. Y cuando intentó llamarlo se dió cuenta que no tenía su número.

Decidió dormir para tranquilizar sus nervios, ignorando sus pensamientos e imaginación. Por eso mientras veía a Ten dormir plácidamente, el enojo inundó su cuerpo.

¿Se había preocupado por nada? No, claro que no, ¿o sí?

No estaba siendo verdaderamente sincero con él mismo, Ten le preocupó, mucho. Se imaginó el peor de los escenarios y aún así éste apareció oliendo a humo, alcohol y sudor.

Dejó escapar un suspiro y volvió a la cama, un tanto nervioso por tener al bajito a su lado, pero aún enojado y a la vez aliviado. Una mezcla rara.

• • •

A la mañana siguiente despertó solo en su cama y no había rastro del menor, otra vez. Sin embargo, el sonido de la ducha al otro lado de la casa le confirmó que Ten no había ido a ninguna parte.

Se preparó una taza de café y esperó en la cocina.

-Buenos días- Escuchó detrás de él. La voz del tailandés se encontraba un poco más ronca que de costumbre, ojeras decoraban su rostro y par de marcas se encontraban en su piel.

Pronto se cumplirían tres meses de vivir juntos y Johnny había decidido que esa sensación extraña en el pecho cada vez que estaba con Ten, debería ser oprimida.
Pero cuando se dió cuenta que las marcas no era picaduras de mosquitos sino chupones y mordidas intencionadas, un golpe de decepción aterrizó en su estómago.

-¿Larga noche?- La mano del tailandés cubrió su cuello rápidamente, coloreando sus orejas para que luego devíe su mirada y fuese por su taza de café.

-Solo recuerdo haber manejado hasta casa-.

Johnny se dió media vuelta, tomando de un sorbo el resto de café que había quedado en su taza. Asintió antes de retirarse de la cocina pasando al lado del más bajo.

-Espero que me hayas dejado agua caliente-. Habló tratando de sonar lo más normal posible.

𝘄𝗲𝗶𝗿𝗱 ─ johntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora