fuck it i love you

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Johnny limpiaba la barra con cuidado, secando los restos de licor que habían quedado de varios clientes, barría las migas con ambas manos y luego cambiaba y lavaba los vasos. Lo que normalmente hacía a esa horas de la noche en su trabajo. Sin embargo, esa noche era un tanto especial ya que su jefe estaría celebrando la boda de su hermana en el bar y por lo mismo tenía que quedarse unas horas más.

Suspiró cansado, solo quería llegar a casa y encerrarse en su habitación, dormir, dormir y dormir otra vez. Porque no había otra que hacía, además de pensar en Ten y otras cosas más.

Sin ánimos se dirigió a las mesas, observando que haya dejado todo como pidió su jefe. A pesar de que no vendrían tantas personas habían entre seis mesas llenas de copas y aperitivos, mas una cantidad licor caro.

Su atención se desvió cuando la campanilla de la entrada sonó, indicando que alguien había llegado.

—Disculpe, no estamos atendiendo habrá un eve. . . ¡Ten!—. El mencionado alzó la mirada y sonrió.

John no hizo más que caer rendido ante esa sonrisa y sonrió aún más, como tonto.

—¿Vas a echar a uno de los invitados?—. Rió sentándose en el lugar más cercano a la barra.

La confusión invadió el rostro de John ¿Cómo Ten conocía a su jefe?

—Quita esa cara, vivimos en un pueblo pequeño, todo el mundo se conoce.

—No lo creo, a mí nadie me conoce, sigo siendo el hombre que llegó donde la señora Powell—. Habló mientras se ganaba detrás de la barra.

—¿Qué dices? Nuestra vecina ya está murmurando que serías un buen marido para su hija mayor— La risa de Ten nuevamente invadió su mente.

—Pues que mal, porque no le voy a las mujeres.

Una suave caricia en su mano le hizo tensar su cuerpo, parecía mucho más íntima. Un gesto desconocido por parte del menor. Pero de lo bueno poco y esta se detuvo gracias a la llegada de su jefe y los demás invitados.

Ten le guiñó el ojo y Johnny se derritió.

Gracias a eso la noche pareció mucho mejor de lo que había planeado. Tanto su jefe como el resto de la familia lo habían invitado a participar del evento, por lo que pasó la noche bailando y conversando con una familia muy bonita. Obvio sin despegar la mirada de Ten quien parecía muy cercano a la novia.

Al final, ambos se devolvieron caminando hasta su casa. Pésima idea ya que vivían un poco más lejos de la ciudad, pero Johnny estaba feliz.

𝘄𝗲𝗶𝗿𝗱 ─ johntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora