Tiempo después…
El tiempo parecía volar y Zafiro nunca había estado tan a gusto en un lugar desde que era un niño pequeño y sus padres aún vivían.
Sus guardias Lyan y Gagtly se hicieron sus amigos, los demás guardias y los generales le trataban con educación, nadie le había levantado la mano ni obligado a hacer nada, aunque él obedecería igual pues estaba acostumbrado.
Le daban buena alimentación, estancias y un lecho dignos de la realeza, educación, libertad a la que a penas se estaba acostumbrado, bueno, que la rueda de la fortuna le había dado un buen revés a su destino.
Su trato con el rey dragón era más llevadero y ya no le asustaba tanto estar en su presencia o su cercanía, aunque aún le intimidaba el ojiverde y muchas veces se le dificultaba eso del contacto físico con los demás.
En ese momento estaban en la biblioteca y el rey dragón mantenía una conversación con Zafiro, pues le molestaba que a pensar de su trato para con el joven este aún fuera arisco y temeroso, cuando él lo que quería era su lealtad.
-¿Por qué me temes, no te he demostrado que estás seguro aquí y que nadie te volverá a tratar como un esclavo?- cuestiono el ojiverde con seriedad.
Zafiro sin demostrar su titubeó le respondió -Es por lo que viví con mis anteriores amos y no quiero rememorar todo lo que me hicieron o… O repetirlo-
-Aquí sólo haz recibido un trato benevolente- Señaló Derek -Para ganar tu lealtad y no tu temor-
-Lo sé y lo siento mi señor- admitió el castaño -Por eso, le ofrezco que us su habilidad de leer la mente en mí y vea lo que no quiero narrar, para no recordarlo-
El rey disimulo su sorpresa -¿Estás seguro? Hay cosas que podrías querer que no vea-
-Estoy seguro mi señor- afirmó mirándolo con sus ojos brillantes como zafiros cargados de decisión.
-Muy bien- acepto señalando una silla -Ponte cómodo-
Zafiro se acomodó en la silla y Derek se puso en pie delante de él, le sujeto el rostro con las manos haciendo que sus ojos se conectarán -¿Listo?- al recibir el asentimiento de parte de su joya unió sus frentes y ambos cerraron los ojos.
El rey pudo ver en primera fila todo el daño sufrido por Zafiro en manos de Doukek y Gadrik, desde cuando era un pequeño niño de unos seis años que vio la destrucción de su pueblo, el asesinato de sus padres y de un hombre que acompañaba al ejército de Aswad quien trato de evitar aquellos acontecimientos tan terribles.
Siguiendo por sus años de maltratos físicos, verbales, psicológicos y psíquicos a mano de los oscuros, algunos de sus recuerdos parecían haber sido manipulados, aunque fuese complicado confirmarlo.
Mientras iba avanzado en los recuerdos, el rey dragón sentía como la rabia avivaba su fuego interior con ansias de quemar todo a su paso, en especial a los oscuros por todo el mal que le habían causado a un ser tan noble como Zafiro.
Derek sintió sus garras crecer y sus colmillos pinchar sus labios cuando vio las distorsionadas escenas de abuso sexual a su joya, lo que lo llevo a entender por que la distancia suprema que ponía Zafiro entre los demás y su persona, además de su temor al contacto físico, en realidad a él, Lyan, Gagtly y el personal femenino era a quienes dejaba acercarse más, era entendible. Era la forma en que lo habían moldeado para poder manejarlo a su antojo.
Derek se apartó despacio del menor, mientras ambos abrían sus ojos al mismo tiempo causando que esmeralda y zafiro se encontrarán.
El castaño pudo ver claramente el brillo dorado en los ojos de su rey pero no dijo nada aguardando a su reacción.
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La Joya del Dragón
FantasyEn una época pérdida en los anales de la historia un rey que todo territorio cuanto ha deseado conquistar lo mantiene bajo su dominio, ¿encontrará a quién se adueñe de su corazón de dragón...?