La Joya del Dragón

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Adivinen quien es el de multimedia.

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Semanas después…

Los días trascurrían encauzándose hacia una aparente normalidad, la tención en el palacio había bajado, el rey y sus generales estaban cerca de acabar con sus enemigos, pero lo que no sabían era que Gavre, ni siquiera se dirigió a la frontera norte pues cegado por los celos y la rabia asesino a quienes lo llevaban a pagar su condena, escapando a otro lugar.

Aquel día…

Lyan había estado más agotado de lo normal y por eso en ese momento no acompañaba a su amigo Zafiro mientras este cambiaba las barreras de palacio por unas nuevas ya que las otras no servía de manera efectiva. El joven castaño estaba en un patio en la parte trasera del castillo, con Gagtly y Sinqua como sus acompañantes.

Mientras no muy lejos de allí, en el patio de armas, algunos generales y el rey entrenaban entre ellos, así como con algunos guardias y hombres de cada uno. 

 
 

El sol brillaba en el cielo que comenzaba a nublarse, el viento soplaba agitando las copas de los árboles y acariciando los cabellos de la personas, parecía un día apacible.

 
 

Zafiro estaba en medio de un círculo de piedras, con los ojos cerrados para mayor concentración y así poder visualizar los puntos a unir en las barreras para alzar unas nuevas con mayor efectividad.

De repente un murmullo y la sensación de que algo se arrastraba hacia ellos puso en alerta a Gagtly y a Sinqua, en un abrir y cerrar de ojos se vieron rodeados por los oscuros, la tierra tembló ocasionando un estruendo cuando unas cadenas salieron del suelo agitándose como serpientes y lanzando por los aires a los dos guardias así como a otros soldados que custodiaban a la joya.

La rubia y el de piel oscura peleaban con ferocidad contra quienes les atacaban con ayuda de otros soldados, pero eran muchos enemigos, el ruido de la lucha así como el cuerno tocado en aviso de invasores puso en alerta a todos e hizo salir a quienes entrenaban en el patio de armas.

 
 

Gagtly y Sinqua aun heridos trataban de ir hacia Zafiro para protegerlo, pues este estaba tan profundamente conectado a las defensas que no se había dado cuenta de lo que pasaba a su alrededores por lo cual necesitaba mayor protección.

 
 

Todo sucedía a velocidad de vértigo…

 
 

Mientras Gagtly y Sinqua corrían hacia la joya.

Los generales se les unían junto al rey.

-¡Dreucalíano mata a la joya!- ordena Gadrik haciendo acto de presencia.

Un mercenario oscuro corre a gran velocidad hacía Zafiro con Gavre abriéndole camino con sus llamas, trabajando con una sola mano y sus ojos brillando rojos.

 
 

-¡Zafiro!- grito Gagtly llegando muy tarde para interceptar el ataque.

-Muy bien hecho Dreucalíano- dijo Gavre con una sonrisa satisfecha, mientras que se unía a la batalla en contra de los Drakens.

 
 

Gadrik grito lleno de gozo -¡Al fin!-

Dreucalíano había logrado darle alcance a la joya, las garras de metal clavadas en las uñas de sus dedos rasgando en el pecho de Zafiro con el propósito de arrancarle el corazón como se lo había ordenado Gadrik,  pues  el mercenario estaba obligado por una atadura mágica como un esclavo hasta que lo liberarán y según su esclavista este era su último trabajo.