II

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Castillo de Draken…

Los seis generales del ejército de Draken estaban reunidos con su líder en un amplio salón en cuyo centro se hallaba una mesa redonda decorada con símbolos tallados en ella. Se encontraban dándole los últimos toques a su plan de adentrarse en territorio de los aswadianos para hacerse con la joya que estos poseían, todos estaban sentados en torno a su líder.

Uno de ellos, un rubio oscuro de ojos azules decía “En las exploraciones próximas al castillo con mi equipo he encontrado unos túneles que nos facilitarían el acceso al castillo”

“También he logrado estar cerca de esos túneles y lo que dice Iank es cierto” intervino un castaño de marrones “Es una ruta de acceso muy conveniente”

“Muy bien Aidekr, tú e Iank reúnan a sus equipos para que nos abran paso” mando Derek.

“Mi informante nos mandará unos planos del castillo para que nos movamos con mayor facilidad” declara Gavre.

Un rubio de ojos azules interviene “Cuando lleguen los planos dividiremos las rutas entonces” miro a su líder y cuando esté asintió en acuerdo dijo “Me pido ir en la vanguardia con su majestad y Lyan”

“Te aprovechas de ser el general de la guardia real para llevarte a tu rubio a todas partes Theodred” le pincha un hombre castaño de ojos azules.

El aludido rueda los ojos “Es obvio Kirk, es mi compañero”.

“En dado caso yo me pido ir por uno de los flancos con Jornad y nuestros hombres” dice Kirk.

“Muy bien” admite el rey “Antes de darle los últimos toques al plan organicen los equipos y sí Aidekr, puedes ir en compañía de Iasak, siempre que tanto él como Lyan no se distraigan de sus labores por su culpa Theodred” mira al uno y al otro, cuando sus generales iban a replicar agrego “Otra vez”

“Como órdenes” respondieron a dúo.

“Conmigo irán Sinqua y Gagtly, luego de que accedamos al castillo, los otros dos se le unieran” ordeno con seriedad, no es que necesitara guardianes pero así sus generales, de los que algunos eran familiares suyos como Iank estarían más tranquilos “Cuento con ustedes mis más leales guerreros”

“Si señor” respondieron los seis a la vez y todos se dispusieron a volver a sus labores, ya sería momento de la siguiente reunión antes de la incursión a territorio enemigo.

“Cada vez más cerca” murmuró el rey dragón mientras observaba a sus generales retirarse del salón de reuniones.


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Aswad, días después…

Gracias al espía enviado por Gavre los equipos de confianza de Derek encabezado por el mismo y liderados por sus generales, irrumpió en el castillo de los oscuros… No estaban todos los que hubieran querido quitar del camino, pero ninguno de los que se atravesó en su paso quedo en pie, a menos que huyeran.

Gavre estaba en pie frente a la habitación donde le habían informado estaba el tesoro, seguido por su informante. –Skeron ¿estás seguro de que esta es la habitación?-

El aludido responde –Lo estoy, es el área y específicamente a esta habitación nadie tenía acceso, sólo Doukek y su segundo al mando, a quien no conocí pues estaba de viaje- explica Skeron -Cuando Doukek decía que debía supervisar a la joya, siempre se dirigía aquí-  señaló la puerta que daba al lugar.

Tras un asentimiento de cabeza el general pelinegro abrió la puerta con decisión, al acceder contempló una habitación pequeña, tan sencilla que desentonaba en contraste con las riquezas mostradas en exceso en todo el  suntuoso palacio, se podía ver una puerta al fondo, las paredes eran blancas,  el piso estaba totalmente cubierto por una alfombra, había una mesa, cojines en el suelo y un catre, sobre el cual Gavre pudo contemplar una figura dormida a la que se acercó dispuesto a despertar para obtener información.

La Joya del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora