SHOTS YOONMIN

Dead.

Nota de advertencia.
Esta inspirado en dramas históricos, así que todo semejanza con aquellos, es con intención.

Se sentía en paz, con la tenue luz de las velas en su rostro, su cansado y envejecido rostro.

Aún recordaba sus años de juventud, aquellos tiempos donde fue realmente muy fuerte.

En aquellos años donde guiaba a los guerreros con astucia.

Pero...

Ya no quedaba nada de aquel impetuoso rey.

Ahí postrado en la camara real, dando sus últimos respiros, sus amados hijos y una reina que nunca fue amada a un lado esperando la hora de partida.

No se arrepentía de nada, pero le hubiese gustado estar con él verdadero amor de su vida.

Aún recuerda sus suaves manos, y su hermoso cabello negro.

El olor de su ropa al terminar el día en los campos de flores, donde el se ponía a bailar.

Sus ojos almendrados que al sonreír desaparecían en una fina línea.

Su hermosa risa, que hacía vivir hasta la criatura más malvada.

Sus labios y su andar tranquilo por los pacillos del palacio.

Su voz al cantar y también al reprenderlo.

Y la forma en la cual se fue de esta vida.

Postrado en esa cama...
El rey Min esperaba el reencuentro con su precioso Park Jimin.

No tenía miedo había dejado a su hijo mayor el príncipe heredero a cargo de su amada hija...
La hija de ambos.

La niña de su Jimin y el...

Esperaba que su niña fuera feliz y construyera una vida fuera del frío palacio.

Sus ojos se desenfocaron por un momento y la suave silueta de su amado apareció en el campo de flores.

Vestido con túnicas blancas y su característico abanico emplumado y su preciosa sonrisa dedicada a el.

Pero después...

Otra vez se encontraba en la habitación.

Solo un suspiro y derrepente sintió como su cuerpo se empezaba a relajar.

Era el momento...

-Min Jimin. - susurro dejando este mundo, con sus hijos e hijas llorando y la reina indignada.

Su premio fue un beso en los labios y la más bella risa que extraño.

Fue el fin del comienzo.