Acerca de los limites.

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«Si tienes miedo de que nos hayamos pasado de la raya, tranquila, no temas, las rayas se han movido.»

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12. Acerca de los límites.

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En la mañana, sorprendentemente, Sakura no tenía frio. Cuando abrió los ojos bajo las mantas, todo estaba tibiecito, la temperatura perfecta para conciliar el sueño. Fue mientras sacaba la cabeza del cobertor y los destellos de sueño se iban con lagrimillas en el borde de sus ojos, que Sakura se percató del aumento de temperatura corporal.

Un brazo pálido tomaba posesión de su cintura, entroncándose en ella con una sensación de pertenencia voraz.

Sakura dejo de respirar por un segundo. Kakashi seguía soplando su aliento caliente contra la nuca de la mujer. La oji verde se estremeció.

Entre los brazos de Morfeo, cruzando de un sueño a otro, Sakura creía haber tenido la sensación de no estar sola en la cama. Poca importancia le había dado, estaba enojada y cansada, no había tenido noción de cuándo el Hatake apareció de nuevo en casa y mucho menos cuándo terminó durmiendo en la misma cama que ella.

Sakura olfateó un poco el aire, picaba con el olor del alcohol, pero Kakashi seguía oliendo a él. Era envolvente.

Ella se movió un poco, Kakashi la pegó más a su cuerpo. Por unos segundos Sakura deseó que la espalda tuviera más receptores nerviosos, quiso sentir un poco más su pecho firme contra ella, su respiración empujar contra su nuca, sus brazos tomar posesión de ella.

Maldito seas, Kakashi.

Mientras él buscaba la posición más cómoda, tiró un poco más de la cintura de la mujer hasta él. Entonces Sakura lo sintió.

Oh, no, no, no...

Apretó con fuerza los ojos, pero la sensación no se iba, ella no se lo estaba imaginando, estaba ahí, contra su trasero, duro como nunca imaginó.

Sakura se removió más, trató de zafarse sin despertarlo en el intento, no podría lidiar con él así, en cambio termino dándose una vuelta y quedando frente a frente, pecho a pecho con el infame hombre. La pelirosa apenas podía resistir el impulso de mirarlo a la cara, bien dormido como un ángel, pensaría. Pero la verdad es que ahora que lo estaba mirando fijamente, desprovisto de toda la máscara si emociones que usaba la mayor parte del tiempo, Sakura tuvo que reconocer lo peligrosamente guapo que era, no era solo atractivo como Sasuke, o llamativo como otros de sus conocidos, Kakashi era jodidamente apuesto. Demasiado para su propio bien.

Siguió con la mirada la línea de su mandíbula hasta su clavícula, su pecho bien formado y se detuvo ahí, no podía mirar más abajo, ella sabía lo que habría, simplemente no debía... su voluntad flaqueó ante intentarlo de nuevo y la mujer vio ahí, más abajo de su abdomen perfecto, debajo los pantalones de algodón, algo se levantaba imponente.

Los colores le subieron al rostro y saltó de la cama con fuerza.

Kakashi ni se inmutó. Solo se removió un poco, y palpo la cama, Sakura le acercó la almohada que tomó con gusto y la hundió entre sus brazos.

Sakura no pudo mirarlo más, corrió fuera del cuatro y dio un par de pasos hasta baño.

Aunque intentaba tomarlo con calma, nunca sacaría esa imagen de su mente. Kakashi era un hombre, esas cosas eran normales, sucedían, pero Sakura deseaba que no hubieran sucedido con ella en la misma cama, con su "amigo" frotandose contra su trasero, o su cuerpo irradiando un calor perfecto para su gusto.

Mystery of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora