En la huida.

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"El conjunto de la vida es como ver una película. Solo es como si siempre llegases diez minutos después de que empezara y nadie te contara el argumento, así que tienes que averiguarlo a través de las pistas"

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Capitulo 2: En la huida.

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La montaña se encontraba en silencio pleno. En algún momento la naturaleza había decidido callar para hacer aún más tétrica la situación. Su mente, que permaneció en estado de alerta toda la noche con la única intención de mantenerle viva, también había quedado en absoluto vacío mientras el sonido del seguro del arma era solo un eco que se perdía en el aire.

Sakura miro casi hipnotizada el cañón del arma. La poca fuerza que le quedaba la abandono de improvisto y sus rodillas chocaron abruptamente la tierra. Corrió tanto durante toda la noche para terminar de la manera más inesperada y en el peor lugar en el que pudo haber llegado.

―¿Quién demonios eres?―exigió nuevamente el hombre en uniforme. Su voz llena de ira y autoridad provoco un escalofrío en la columna vertebral.

Sakura, que había escuchado numerosas historias, se sintió incluso más perdida con solo volverlo a hablar. Era una figura muy alta y fornida, vistiendo un intimidante uniforme, que parecía no le temblaría el pulso para dispararle sin asco. Los secuestradores ―que en su momento fueron algo más que terroríficos―no eran nada imponentes comparados con la figura de este hombre. La ojiverde se obligó casi de manera mecánica a volver a respirar. Esto tenía que tener arreglo.

―Yo...―su voz sonó desconocida para sí misma como venía haciéndolo desde la noche anterior―Me llamo Sakura Haruno. No sé dónde estoy, tie-

―Ya te dije donde estas―interrumpió casi a los golpes.

Sakura busco casi desesperada los ojos de su agresor. Gélidos bajo un ceño fruncido.

―Ya escuché―murmuro lo más firme que pudo―Me secuestraron, escape por la montaña y he parado acá.

El hombre dio un paso atrás sin quitar el arma de frente a su cabeza. Sakura pudo ver la duda cruzar casi efímeramente en sus ojos.

―Debes ayudarme―suplico―por favor.

―Estas en medio de la Zona desmilitarizada―el arma empezó a descender lentamente mientras Sakura conseguía la posibilidad de respirar bien― y me dices que te han secuestrado y has escapado a otro país. Cruzando un cerco eléctrico, esquivando las patrullas de la zona y corriendo sobre un campo minado.

Esto es otro nivel.

De pronto el bosque comenzó a cobrar vida de nuevo y la mujer pudo empezar a escuchar otros sonidos que no fuesen su propio corazón. El hombre no despegaba su mirada de ella y la ojiverde no pudo evitar continuar sintiéndose como una presa acorralada por su cazador. Lo había escuchado casi durante todas las clases de historia en la primaria y varias veces como leyendas durante la universidad: Las personas del Norte―específicamente los soldados― solían estar desprovistos de toda emoción y sentido de la moralidad. En un país con un gobierno dictatorial, donde los derechos humanos eran violados varias veces al día, no podía confiarse de un soldado que estuvo a punto de dispararle en la frente y ya no. Era impredecible. Ella podía morir allí como una intrusa, y bien por lo que él acababa de decirle, la única historia para defenderse sonaba más irreal de lo que pudo haber inventado.

―Si―profirió únicamente concentrada en mantener la mirada extraña de este hombre, e intentar compartir su atención entre la figura en uniforme y su arma.

Mystery of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora