Jordi Cruz: más de una historia de amor.

Sin más.

Tras unos minutos de silencio en el auto, Jordi tomó valor y dijo:

-No quiero ni voy a permitirme el perderte.

Mailén siguió en silencio.

Jordi tenía tanto miedo a perderla. Antes su vida había sido maravillosa, pero después de conocerla todo lo había sido el doble. Y ahora, ¿cómo iba a vivir si ella le faltaba? ¿Cómo carajos sobreviviría a su ausencia?

Entre todos esos pensamientos, habló nuevamente.

-Eres la mujer de mi vida, ya te lo he dicho, y créeme que nunca haría nada que te lastimara ni siquiera un poco, te amo con el alma. Todo esto es un mal entendido, déjame demostrártelo.

Ni él mismo podía asimilar lo que dijo, en tan poco tiempo estaba así de enamorado.
Sus palabras eran tan convincentes para Mailén, que no podía seguir dudando de él.

-¿A dónde vamos?- Fue lo único que respondió.

-No tengo ningún lugar en mente, dime ¿a dónde quieres ir?

-Llévame a tu casa, Jordi.

Esas palabras sonaron tan dulces a sus oídos, que no pudo evitar sonreír.

Llegaron a su casa y Jordi le explicó todo a Mailén, ella no cuestionó nada más y se apresuró a abrazarlo. Era esa clase de abrazos en la que te sientes tan reconfortado, en los que no hay espacio para nada más que sentir.

-Te amo.- Le dijo Mailén, sin más.

-También te amo.- Respondió Jordi, antes de besarla y llevarla en sus brazos hasta la habitación.

...

Después de una larga noche juntos, Mailén despertó al lado de Jordi, mientras contemplaba a aquel español que tanto amaba, se sentía apenada por haber dudado de él, pero a la vez estaba agradecida de que sólo haya sido un malentendido.
Alcanzó su teléfono y se dio cuenta de que tenía varias llamadas de Aristeo, seguramente estaría preocupado, pero no quería hablar con él en ese momento, sólo quería seguir abrazando al hombre que tenía a su lado.

Cuando Jordi despertó, lo primero que dijo a Mailén fue:

-Quiero que conozcas a mi familia.

-¿Qué? ¿Ellos saben de mí?

-Aún no, por eso quiero presentarte.

Mailén no pudo ocultar su cara de preocupación.

-Tranquila- dijo Jordi, tranquilizándola -seguramente mi madre amará que salga contigo.

Mailén buscó algún pretexto para evitarlo, en serio le aterraba el que no apoyaran su relación:

-Pero si están en España.

-Bueno, hacemos una videollamada y listo, no hay que complicarnos.

-Está bien.- Cedió Mailén.

-¿Y tú vas a presentarme a tu familia también?

Jordi le llevaba 7 años, quizá su familia no lo aceptaría, además la rapidez con la que habían sucedido las cosas, sería incomprensible para una familia así de conservadora. Pero Mailén no podía negarse o Jordi podría pensar que no lo estaba tomando muy en serio.

-Les hablaré de ti, ellos no son de usar tecnología o esas cosas, así que por ahora sólo voy a contarles de lo nuestro, mientras llega la oportunidad de poder presentarlos en persona.

-Vale, con eso me basta.- Dijo Jordi, acercándose a darle un dulce beso.

Mientras, Mailén estaba pensando qué hacer con su familia, nunca la había asustado el compromiso, sí, amaba a Jordi, pero sentía que las cosas iban tan rápido, que si llegaba a arrepentirse no habría vuelta atrás. Y entonces cayó en cuenta de sus propios pensamientos, ¿por qué se arrepentiría? Si él era el hombre perfecto para ella, no había nada de qué preocuparse.

Y por otro lado, estaba Aristeo, pensando en qué hacer para no perderla, él veía a Jordi como un patán y no permitiría que la mujer de la que estaba enamorado saliera con un tipo así.