Un mal momento.

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Abi llevó a su departamento a Mailén, donde ya estaba Aristeo esperándolas. Una vez adentro, se enteraron de todo lo que había pasado.

-Tal vez no es lo que piensas.- Dijo Abi tratando de animar a Mailén.

-Es su exnovia, y quedó de hablar con ella, quién sabe si se hayan visto.- Respondió Mailén, parecía calmada, pero en realidad estaba perdida, se quedaba viendo al vacío, sumergida en sus pensamientos.

-No estamos seguros de nada, cuando se calmen las cosas, deberías hablar con él.- Dijo Abi mientras veía a Aristeo, esperaba que el pudiera hacer algo.

-Es un idiota.- Respondió Aris a la mirada de Abi. -No puedo creer que te haya hecho esto.

Mailén seguía perdida, era como si ya no estuviera ahí.
Abi estaba preocupada, nunca había visto así a su amiga, pero también le preocupaba Jordi, ella sentía en el fondo que él jamás haría algo así, con lo enamorado que se veía.

Después de un tiempo, Aristeo no soportó más seguir viendo llorar a Mailén, se levantó de su silla, tomó las llaves del auto y salió decidido a buscar a Jordi.

-¿Qué vas a hacer?- Preguntó Abi,

Aristeo no respondió, se le veía enfurecido, las dos sabían lo que iba a hacer, abrió la puerta de su auto para subir, pero Mailén no quería que se metiera en problemas y corrió tras él, antes de que subiera al auto le dijo:

-¡Espera! No vayas a buscarlo.

-Es un idiota, ¿por qué lo defiendes? ¡No lo merece!- Dijo Aristeo, mientras azotaba la puerta de su auto, sin haber entrado.

-Sólo llévame a casa ¿si?- Le dijo Mailén en voz baja, mientras lo abrazaba. -Te necesito más que nunca.

Aristeo no lo había pensado, pero Mailén estaba necesitada de compañía ahora, tal vez sería una buena oportunidad para enamorarla. En seguida se sintió culpable por pensar en eso, su amiga estaba sufriendo y él estaba siendo egoísta. Alejó todo eso de su cabeza y después de despedirse de Abi, llevó a Mailén a su departamento.

-¿Quieres que me quede contigo?- dijo Aristeo con voz dulce.

-Como quieras.- Le respondió Mailén con una fingida sonrisa.

Al día siguiente, los despertaron los golpes en la puerta, Mailén fingió no escucharlos, quería seguir durmiendo, así que Aris abrió la puerta. Era Jordi.

Jordi Cruz: más de una historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora