Tan cerca.

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El sábado por la tarde, Mailén comenzó a arreglarse con un par de horas de anticipación, deseaba estar lista para cuando Jordi pasara por ella.

Cuando estaba dando los último toques a su maquillaje, Jordi tocó a su puerta.

-Adelante, ya casi estoy lista- dijo Mailén, dándole un beso en la mejilla casi sin tocarlo.

-¡Uff! Estás preciosa- Jordi la admiraba de arriba abajo, y se acercó para darle un beso.

-Espera, que me ha costado mucho el lograr lucir así. Pero tú también estás muy guapo.

-¿Y entonces tu estilo hoy te impide besarme?- Dijo Jordi, provocativo, aproximándose a sus labios.

-Creo que puedo hacer una excepción- Mailén se terminó de acercar para unir sus labios, tras unos largos segundos se apartó, se les estaba haciendo tarde.

Jordi le abrió la puerta del auto y Mailén se detuvo un momento para limpiar con su pulgar los restos de labial que había dejado en sus labios. Se subieron al auto y se dirigieron al departamento de Abi.

Por otro lado, Aristeo llegó temprano, se encontró con Abi y Víctor, se saludaron y en seguida congeniaron, pasaron el tiempo hablando de cosas de chicos, mientras Abi comprobaba que todo estuviera listo en la cocina.

Jordi y Mailén finalmente llegaron, unos minutos después de la hora acordada.

-¡Bienvenidos! Qué gusto que al fin estamos todos juntos- los recibió Abi -él es Víctor- mientras apuntaba con su mano al chico que estaba a su lado.

-Un gusto conocerte, Abi nos ha hablado mucho de ti, soy Mailén.

-Qué tal, Jordi.

-El gusto es mío, también a mí me ha hablado mucho de ustedes- Víctor estaba encantado con ser tan bien recibido.

-Es un tipazo, debimos haberlo conocido hace meses- dijo Aristeo, saliendo de la cocina con un vaso en la mano.

-Pensé que aún no llegabas, no vi tu auto afuera- respondió Mailén.

-Es que vine en Taxi, ya sabes, no creo estar apto para manejar jaja- y le dio un buen trago a su bebida.

Tras un par de horas, ya habían cenado, el tiempo volaba entre sus chistes, anécdotas y tragos.

Jordi se levantó para ir al baño, y Aristeo aprovechó la oportunidad para sacar a bailar a Mailén:

-Vamos- dijo, mientras le ofrecía su mano.

Mailén accedió sin decir nada.

Mientras bailaban, le dijo:

-¿No te has excedido un poco?

-¿Por qué crees que vine en taxi?

-Jaja ya lo veo, sólo trata de seguir completo.

Aristeo estaba tomando más que todos, quizá por gusto, o es que quería olvidarse al menos por un momento de todo lo vivido con Mailén, lo cual era inútil, pues en lugar de sacarla de su mente, comenzó a sentir más por ella. Rodeó con sus manos su cintura y se acercó lo más que pudo a ella.

Víctor y Abi estaban bailando también, sin darse cuenta de cualquier otra cosa que sucediera en la habitación.

Jordi llegó y no le gustó nada ver a su novia así.

-¿Me permites? Quiero bailar con mi novia- dijo Jordi, obligando a Aristeo a dejarla.

-Vale, pero no te pongas así, que sólo estamos bailando- Aristeo no estaba ya en sus cinco sentidos.

Jordi hizo caso omiso a sus palabras y se sentó con Mailén, aunque trataba de no pensar nada malo, no pudo ocultar sus celos.

-Está bien, sabes que es mi amigo- Mailén trató de calmarlo.

-Sí, sí, no pasa nada- Jordi no quería hacer pasar un mal momento a su novia.

Una hora después, Mailén fue a la cocina por algunas cosas, Jordi estaba platicando con Víctor y Abi, que no notó cuando se fue, ni tampoco notó que Aristeo había ido tras ella.

Mailén estaba tan ocupada dentro de su cabeza, que no se percató de su presencia, hasta que giró y lo tuvo frente a frente, a sólo centímetros.

-¡Me asustaste!

-Lo siento, vine por si necesitabas ayuda.

-Estoy bien- Mailén le sonrió.

-Estás hermosa- le susurró Aristeo.

-Hoy me esforcé- bromeó Mailén.

-No es sólo hoy, siempre lo estás, no tienes idea- Aristeo se acercaba cada vez más a ella.

Con tantas bebidas encima, ni Mailén estaba totalmente consciente de nada. Sí, Aristeo era un tipo guapo, pero ahora lo notaba más, no sabía en qué pensar, sus palabras llenas de sensualidad la habían congelado, se quedó callada.
Y Aristeo continuó:

-Ya no puedo más.- Sus labios estaban tan cerca a los de Mailén, a punto de rozarse, sentían su respiración tan cerca, sólo faltaba un leve movimiento...

Cuando Jordi entró a sus espaldas.

Jordi Cruz: más de una historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora