Despertar a tu lado.

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Al llegar a su destino, ambos bajaron del auto, Mailén quedó atrapada de nuevo por el cielo estrellado, y es que pareciera que esa noche estaba ya destinada a ser algo especial.
Cuando Jordi lo notó, vio al cielo también, y Mailén suspiró diciendo:

-¡Es una maravilla!

-Sí, hermoso.- Respondió Jordi mientras veía a Mailén.

Al percatarse de esto, ella sintió algo más que ganas de acostarse con él, pero por el momento no sabía qué era, así que lo invitó a pasar, y él aceptó con gusto.

Al entrar al departamento y cerrar la puerta, Mailén se dio la vuelta para colgar la llave a un costado en la pared; Jordi se encontraba frente a ella en ese angosto pasillo, por lo que quedaron cara a cara, a sólo centímetros.

El deseo de ambos era el mismo, y se unieron en un beso que comenzó lento y se fue haciendo más apasionado conforme se aceleraba su respiración. Jordi dirigía a Mailén por la sala, sin soltarla, mientras ella le decía dónde estaba su habitación. Una vez ahí, los dos en ropa interior, parecían uno sólo, conocieron a la perfección cada parte de sus cuerpos, entre caricias y besos no había espacio para más que aquella pasión desbordante. Cuando estaban a punto de desnudarse por completo, cayeron en cuenta de que ninguno tenía protección a la mano, y era un riesgo hacerlo así, por lo que decidieron no llegar a más. Jordi entró al baño, probablemente a terminar el trabajo que ya había comenzado, mientras Mailén estaba en la cama, tratando de asimilar todo lo que estaba pasando, creyó que ya todo había acabado, que Jordi volvería a su casa, le prometería llamar (como cualquier chico lo promete por compromiso cuando se lía con una chica que conoció en un bar) y nunca lo haría.
Pero estaba equivocada, Jordi salió del baño, le estampó un tierno beso en la frente y se acostó a su lado, abrazándola por la cintura, con aquellos deseables brazos. Y durmieron así, siendo uno solo.

La luz que entraba por la ventana despertó a Mailén, y lo primero que vieron sus ojos fue a aquel hombre perfecto frente a ella, durmiendo tan plácidamente, y en ese instante sintió miedo. Tenía miedo de que llegara el final de aquello que apenas había comenzado, en ese momento no sentía ya sólo deseo por él, sino que quería despertar con él cada mañana, quería verle así siempre, tenerle a su lado y ser tratada con la delicadeza que sólo él poseía.
Jordi comenzó a moverse y Mailén fingió seguir durmiendo. Él la "despertó" con un puñado de tiernos besos en la frente, labios y cuello; Mailén respondió a éstos, pero aún con aquella sensación de estar a punto de perderle para siempre.

-Buenos días, ¿qué te apetece desayunar?- Preguntó Jordi, cariñoso.

-Buen día, lo que tu quieras me parece bien.- Respondió Mailén sorprendida, no esperaba aquellas lindas acciones de su parte.

Luego de un delicioso desayuno y varias sesiones de besos, Mailén salió para responder una llamada, y Jordi se quedó perdido en sus pensamientos.
Se notaba realmente enamorado, ni siquiera podía explicarse el cómo pasó todo tan rápido, pero la amaba, recordaba verla ilusionada con ese brillo en sus ojos al ver el cielo, pensaba en la pasión con la que hablaba de sus sueños y el calor de sus besos estampándose en cada parte de su cuerpo... no lo podía creer, pero estaba realmente enamorado y no estaba dispuesto a dejarla ir.

Afuera, Mailén estaba discutiendo con Aristeo por teléfono, pues había ignorado sus llamadas toda la noche, y él estaba preocupado de haberla dejado ir con un perfecto desconocido. Mailén se disculpó ocultando todo lo sucedido, y al final se despidieron contentos, tan buenos amigos no podían estar enojados por mucho tiempo. Y Mailén se dirigió adentro, con Jordi.

Él tomó su mano y viéndola a los ojos, le dijo seriamente:

-Mailén, sé que nos conocimos anoche, y sé que tal vez esto suene absurdo, pero no quiero que lo nuestro sea así, no quiero que sea sólo piel, quiero estar contigo bien, como debe ser.

-Yo tampoco quiero que sea algo pasajero, quiero que lo hagamos bien.- Respondió Mailén ilusionada.

-Ya que los dos estamos de acuerdo, creo que debo preguntarlo. Mailén, ¿quieres ser mi novia?- Jordi se sintió otra persona al decir esto, nunca había expresado sus sentimientos de esta manera, él era un tipo duro, pero con ella parecía ser otro.

-Sí, claro que quiero.- Afirmó Mailén al abalanzarse sobre él para llenarse de besos nuevamente.

Jordi Cruz: más de una historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora