KIRI 🌸 {XiCheng}

9. Fiebre

En cuanto su discípulo le entregó esa carta de Gusu Lan, Jiang Cheng supo de inmediato que algo había pasado y lo sabía porque era lunes, lo que quería decir que hacía apenas dos días que había estado en los Recesos de la Nube y por lo general, las pocas cartas que mandaba el doctor Xu siempre solían llegar los miércoles. Y estaba más que claro que esa tampoco era de Lan Huan porque las misivas que mandaba este tenían un aspecto diferente, de correspondencia personal y no esa que era de tipo formal. Por lo que esa en concreto era o del doctor Xu relatando que algo malo había ocurrido o de Lan Qiren, que ahora ocupaba el puesto de Líder temporal hasta que Lan Xichen saliera de su reclusión. Dudaba mucho que fueran del maestro Qiren debido a que apenas había recibido un par suyas esos meses y conociendo todo lo que estaba pasando con el Primer Jade, estaba más que claro que sería del primero.

No se equivocó. Efectivamente, era una carta del doctor Xu, pidiéndole que fuera a los Recesos de la Nube en cuanto pudiera, pues el Líder Lan llevaba con una alta fiebre desde el domingo por la mañana y no le bajaba. Tenía delirios y no paraba de repetir el nombre del Líder de la Secta Jiang, así que le pedía su ayuda y la de la doctora Li, a ver si entre los tres encontraban una solución porque él no sabía que más hacer.

En cuanto terminó de leer la última palabra, Jiang Cheng se levantó, dejó al mando a su mano derecha, arregló algunos asuntos de la secta urgentes y fue en busca de Li Meiling. Ni siquiera tuvo que decirlo dos veces, ya era raro que dejara a Jiang Cheng ir a Gusu hace un par de días solo, porque después de ese casi desvío de Qi, había estado encima de él como prometió. Jiang Cheng sospechó que lo hizo porque se veía mejor, sobre todo gracias a las insistencias de la joven médico para que comiera y durmiera, pero él sabía que lo hizo (por supuesto que el hecho de que se encontraba bien físicamente fue fundamental) para dejarle intimidad con Lan Xichen. Pero esta vez sí lo acompañó pues, aunque Jiang Cheng se lo pidió como un favor y no como una orden por ser su líder (cosa que podría hacer), él prefirió hacer su petición desde la posición de amigos. Pero Li Meiling hace mucho tiempo que dejó de ver a Zewu-Jun como una responsabilidad o una orden que cumplir y fue con su amigo a ayudarlo como persona, porque ella había tenido poco trato con el Líder de Secta Lan, pero los escasos momentos que pudo pasar con él hicieron que lo viera, si bien no como a un amigo porque su relación no llegaba a eso, sí como a un conocido que le caía bien y al que deseaba ayudar tanto como pudiera, así que cogió todos los utensilios médicos que pensó, podrían llegar a serle útiles, y partió en compañía de su amigo a los Recesos de la Nube.

En cuanto se anunciaron, el doctor Xu salió a recibirles e inmediatamente los dirigió al Hanshi, donde descansaba el Líder Lan. Él se quedó de pie en la puerta mientras que los recién llegados se acercaban a la cama.

A Jiang Cheng se le rompió el alma al verlo así. Ya había tenido una fiebre alta después de sufrir ese ataque de tos con sangre que casi lo mata, pero estaba seguro de que esa no fue tan alta y además se fue en poco tiempo. Esta en cambio... supuso que estaría rozando los 40º de fiebre pues su cara se veía muy roja y cuando puso su mano en su mejilla (porque en la sien tenía una compresa húmeda), esta estaba ardiendo. Además, se podía apreciar que estaba temblando ligeramente a pesar de que se encontraba cubierto por varias mantas gruesas y que por su rostro se podían apreciar gotas de sudor frío que seguro también se encontraban por todo su cuerpo. Pero lo que más le rompía el corazón era ver la mueca de dolor en su bonito rostro, era extraño ver esas cejas fruncidas en él y en su boca donde siempre solía haber una sonrisa ahora sólo había una mueca extraña. También se percató de que estaba sufriendo delirios porque no dejaba de balbucear cosas incomprensibles.

Tuvo que poner de toda su parte para que las lágrimas que se habían arremolinado en sus ojos no se desbordaran por sus mejillas. Debía ser fuerte o Meiling le haría salir de la habitación y eso era lo que menos quería.