Cuarenta y uno

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4 horas antes de la boda

-Qué lástima que Yeosang tenga turno en la cafetería, ¡dejará a mi Joongie solo!

-Mmmh...- Wooyoung intentaba evadir el tema de la mejor forma que podía: callando. Se sentía culpable, pero no tenía otra opción si no quería revelar oscuros secretos.

-Venga, lo estás haciendo mal.

-Yo la veo perfecta- Wooyoung se miró el nudo de la corbata a través del espejo de cuerpo completo que yacía a un lado de su cama y efectivamente no tenía nada malo.

-Está torcida, ven.- caminó hacia San con una expresión de confusión. El mayor vestía un traje negro impecable que le hizo agua la boca, se veía jodidamente sexy y la camisa negra con los primeros botones sin abotonar no ayudaba. Se había quedado tan hipnotizado viendo la lechosa piel de su novio que ni cuenta se dio cuando éste le arrancó la corbata.

-¡Oye!- San lo empotró contra la pared y le metió la lengua en la boca con ferocidad, le arrebató el aire y solo le permitió abastecerse de su propio aliento. Wooyoung gimió en el beso y enredó sus dedos en el azabache cabello de San que caía en ondas suaves, incitándolo a profundizar aún más el beso si eso era posible. El mayor comenzó a desabotonarle la camisa sin cuidado alguno, haciendo que uno de los botones saliera disparado.- ¡San!, maldito burro, ¿ahora cómo iré a la ceremonia?

El de hoyuelos sonrió de manera diabólica mientras colaba una mano en el pantalón del menor.

-¡San!

-Aún nos queda tiempo, y puedo prestarte una camisa.

-¡Idiota!, llegaremos hecho un desastre.

-No me importa, así todos sabrán que eres mío.

Wooyoung sonrió entre besos, a veces San podía ser un bruto, pero era SU bruto y lo amaba. Llegó un momento en el que ambos tuvieron que separase por un poco de aire y San acarició ambas mejillas del menor a la par que observaba su rostro sonrojado, sus ojos brillantes y los carnosos labios húmedos.

-Te amo- se miraron un par de segundos más, irradiando amor a través de sus pupilas.- pronto seremos nosotros quienes estemos frente al altar.- sonaba como una promesa, pero Wooyoung no estaba seguro de que se fuera a cumplir. Una sensación de miedo le recorrió el cuerpo.

-Te amo Choi San, jamás olvides eso- la lujuria presente minutos atrás había pasado a segundo plano, ahora eran dos chicos abrazados, aferrándose el uno al otro tratando de transmitir todos los sentimientos que parecían ahogarse en su interior.

El sonido del timbre los interrumpió. San odiaba que no hubiera recepción en el edificio de Wooyoung, con alguien directamente al otro lado de la puerta era difícil fingir estar ausente.

-Voy a arreglar el botón..., y a acomodarme el pantalón, bestia- Wooyoung se encaminó al baño y San fue a abrir la puerta.

-¡Joong!, llegas en mal momento, con Wooyoung estábamos a punto de...

-¡Choi San cállate!- Wooyoung soltó un grito desde el baño, haciéndolo reír, sonrisa que duró muy poco en su rostro ya que el peli azul tenía un semblante bastante serio y apenas le miraba a los ojos.

-Pensé que irías por tu cuenta a la iglesia, dijiste que tenías que resolver un asunto con Yeosang primero.

-Lo sé, pero ya hablamos...ahora quiero hablar contigo.

San tragó en seco, eso no sonaba muy bien. ¿Iba a regañarlo por algo?

-Siéntate.- los encaminó hacia el sillón y se sentaron uno al lado del otro. Hongjoong vestía un elegante saco gris sobre una camisa blanca pulcramente abotonada, sin corbata encima al igual que él. Wooyoung optó por ella para verse un poco más formal frente a sus familiares aunque San le había insistido en que no hacía falta.

Draw Away [Woosan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora