.3. segunda temporada

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- Hola

Eleve mi vista hacia la puerta en donde Arthur se encontraba con seriedad. Fruncí el ceño al verlo, hacía varios meses que no lo veía por aquí y menos solo, sin mis padres.

- ¿Qué haces aquí?

- Esperaba más un ¿Cómo te encuentras Arthur? – pregunto con sarcasmo intentando imitar mi voz

- Es que me sorprende verte aquí – moví mis hombros y luego abrí mis ojos con sorpresa – no me vienes a llevar otra vez, ¿verdad?

El comenzó a reírse bajando su mirada al suelo. Mi corazón palpitaba tan fuerte, el miedo lentamente comenzó a sentirse por todo mi cuerpo.

- Tranquila princesa, no he venido a eso – se acercó aún más con la sonrisa en su rostro

Lance un suspiro de tranquilidad, lo que me faltaba era eso y juraba que esta vez me iría a donde sea con tal de no pisar ese lugar otra vez.

- ¿Por qué me asustas así? – bufe molesta

- Lo siento – continuo en su estado de risa

- Bien, si no vienes a llevarme

- Llevarte ¿A dónde?

Abrí mis ojos cuando escuché la voz del grumpy en la puerta, se encontraba junto a Isaza y los hermanos Vargas ingresando al local. Me observo con seriedad y luego su rostro fue a Arthur que aún no me explicaba que hacia aquí.

- Joven juan pablo – balbuceo Arthur – no es lo que cree, solo venía a hablar con Lena

Villa se acercó a nosotros aun con el ceño fruncido y se puso a mi lado. Noté su miedo rondar por el lugar como yo lo tuve cuando lo vi en la puerta.

- Mi amor, no viene a llevarme – aclare y lleve mis manos a su abdomen para tranquilizarlo

- ¿entonces? – murmuro confundido

- Es lo que quería que me explique – volví a observar a Arthur

- Traigo esto – me entrego un sobre de la corona

Lo tome de forma temerosa, hacía mucho tiempo que no recibía nada de ellos más que las video llamadas y las escapadas en silencio de mis padres para verme. Trague saliva y observe detalladamente aquel sobre blanco totalmente sellado con el símbolo de la corona.

- Es sobre su primo, princesa – volví a observar a Arthur – yo solo hago lo que me ordenan

- Lo sé – asentí y volví a ver el sobre que me había entregado

- Debo irme, a los reyes les encantara verlos ahí – sonrió – y a su primo también, princesa

Lo observé nuevamente y sonreí para él, hacía mucho tiempo que no lo veía.

- No me la llevare – aclaro nuevamente para el grumpy – puedes quedarte tranquilo

- Tranquilidad es lo que menos me da la corona – bromeo villa con total seriedad o eso creía

- Y más si piensan llevarlo preso – recordé tal suceso

- Supérenlo – Arthur nos sugirió

- Jamás – ambos hablamos a la vez

La mano derecha de mi padre solo rio negando y desapareció del local dejándonos a todos observando su partida. volví mi vista hacia el sobre, Gerard me lo había dicho, pero había jurado que era mentira. Que el jamás se casaría, pero me había equivocado otra vez.

- ¿Qué es? – pregunto villa con curiosidad

Abrí el sobre lentamente, era la invitación a su boda.

- Tienen una fiesta real – bromeo Martin

- A la cual no asistiremos – asegure volviendo a guardar la invitación

- ¿Por qué no quieres ir?

Me detuve unos segundos, sentí algo extraño. Me inquietaba saber que debía volver por esto. No quería y no sabía por qué. Eleve la vista hacia el grumpy que esperaba una respuesta sobre mi negación a tal invitación.

- Porque tenemos trabajo aquí – me excuse con rapidez

- Eso no es problema Lena – Simón se acomodaba sus gafas con una sonrisa – no me molestara cuidar el local una vez mas

- No me malinterpretes Simón, pero este no es tu trabajo

- Vamos Lena, es solo una fiesta – Isaza intentaba que entre en razón

- No quiero ir y si me disculpan, no debo discutir esto con ustedes

Con seriedad subí las escaleras hacia el departamento. No paraba de sentir que no debía ir, sentía un malestar extraño dentro de mí. El revivir que era una princesa y no una persona normal, me pesaba demasiado aún. Quería desprenderme de eso, pero de ser una Greco jamás me escaparía.

Por otro lado, extrañaba a mis padres y era la excusa perfecta para volver sin que pensaran que era para una coronación. No ansiaba ese reino, solo ansiaba a mis padres de carne y hueso, lejos de todos los protocolos.

Suspire recostándome sobre la cama, al sobre aun lo mantenía entre mis manos. Volví a sacar el papel dorado, tragué saliva y comencé a leer el pedido de presencia en el casamiento de mi primo Vito. ¿En qué momento se le ocurrió casarse?

- Lena

La voz del grumpy nuevamente hizo que mis células temblaran. Lleve mis ojos hacia él y me acomode un poco más en la cama para sentarme en ella.

- ¿Qué es lo que sucede? – me observo con seriedad - ¿Por qué no deseas ir?

- No quiero ir, Grumpy – volví a repetir

- ya me lo has dejado en claro, pero sin ninguna explicación – bordeo la cama y se sentó a mi lado – veras a tus padres, mi amor ¿no los extrañas? – me abrazo por los hombros para recostarme en su pecho

- si, los extraño – murmure – solo que no deseo volver a Inglaterra, además, ¿Qué haríamos ahí? Nosotros estamos bien aquí

- vamos mi amor, es solo un casamiento – beso mi coronilla – si quieres volvemos al día siguiente de la boda

- ¿Por qué deseas ir? – me separe de él y lo observe con curiosidad

- Porque sé que extrañas a tus padres – aseguro – y que, aunque tenga la certeza de que aquí eres feliz, también necesitas de ellos

Acaricie su mejilla con delicadeza, a estas alturas el grumpy sabía de mi lo que nadie sabía. Suspire, él estaba en lo correcto.

- ¿me acompañaras? – murmure

Aun sentía el malestar, pero poco a poco observarlo a villa había disipado todo mal augurio dentro de mí.

- Siempre voy a acompañarte

Su rostro era serio, pero esa seriedad le daba firmeza a sus palabras. Asentí y me acurruqué nuevamente en su pecho, escuchar su corazón latir me relajaba, me daba paz.

- Sera divertido – murmuro

- Si tú lo dices – comente

- ¿no era que quería enseñarme a tirar con el arco y la flecha, cual Pocahontas en el reino? – bromeo

Reí eufóricamente y terminé por acomodarme en la almohada para observarlo reírse también. El grumpy con alegría era todo lo que estaba bien en mi vida.

- Tienes razón, ahora que lo pienso – fruncí el ceño divertida – jugare contigo

- Espera ¿Qué? – hablo con miedo

El sabía que utilizaba de vez en cuando a las personas para probar de mi capacidad de tirar bien.

- Te enseñare tiro al arco – moví mis cejas con diversión

- Puedes enseñarme lo que quieras, mientras no me claves una flecha – hablo con su risa tan vital – solo disfrutemos de ese viaje y luego volvemos

Enamorando a un corazón - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora