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Y eso me llevó a este momento.
Recordando aún la luz bajo la que nos conocimos.

—¿Qué harás en navidad?—preguntó Namjoon al frente mío cruzando su pierna, pinchando mi burbuja de pensamientos.

—Aún no estoy seguro, quizá la pasé con mis padres y la familia de mi hermano—respondí dándole un sorbo a mi café con lentitud, este aún se encontraba muy caliente.

—Cierto, mini Jung Hyun se unirá este año, ese pequeño niño del demonio—espetó entrecerrando los ojos—No puedo cargarlo sin recibir un lloriqueo de su parte.

—En realidad el niño es un amor, tú le caes mal que es otra cosa—dije riendo.

—¿A dónde dices que irás al salir?—preguntó cambiando rápidamente de tema.

—Oh, mamá no paraba de llamarme para ir a recoger unas cosas, las donaré en el orfanato donde es voluntaria que está a unas cuantas cuadras de aquí—respondí dándole otro sorbo a mi café—Iré por ellas al auto y caminare hasta allá.

—¿Son cosas de...

—No—lo interrumpí inmediatamente dejando la tasa sobre la pequeña mesa—No donaría sus cosas, nunca—un pesado suspiró me abandonó.

Lleve mi mano hacia mi cabello y lo peine hacia atrás con brusquedad.

—Tranquilo Jeon, ya pasará—mencionó sonriéndome reconfortante—Superaremos esto, cueste lo que cueste.

—Gracias Nam—contesté con la mirada en mis dedos, los cuales jugaban por debajo de la mesa—Pero bueno, creo que debo irme—mencioné levantándome de la silla para después proceder a colocarme el abrigo y mi gorra.

—Claro, saluda a tus padres de mi parte—mencionó sonriendo—Quizá me de una vuelta más tardé.

Asentí.
Sin decir nada más, salí de aquella cafetería y una gélida brisa me recibió. Comencé a caminar en medio del frió invierno, bajo las pisadas de la gente, un suspiró se mezcló con el aire, una lágrima se congeló, recordando el nacido carmesí que derramó el invierno pasado.
Ahí me pregunté...
¿Cuántas noches más tenía que quedarme despierto?
Para poner fin a este frió invierno...¿Cuánta nieve tiene que caer para que la primavera llegue?
¿Por qué un "te extraño" todavía se escapaba en cada copo de nieve que caía?

Me detuve cuando por fin llegué a donde había estacionado el auto. Me dispuse a buscar la llave en mi bolsillo, abrí el auto y tomé las cosas para la donación, sujetando la caja entre mi antebrazo y mi pecho, intente cerrar la puerta con mi mano libre, pero algo desafortunadamente no tan desafortunado ocurrió, la tapa de la caja se abrió dejando así caer todas las cosas que llevaba dentro suyo.

—¡Maldición, lo qué me faltaba!—exclamé colocándome en cuclillas para comenzar a recoger todo mi desastre.

—Déjame ayudarte—dijo amablemente una voz acercándose.

—Muchas gracias, tengo la cabeza en otro lado—mencioné riendo—Soy algo torpe.

—Me pasa todo el tiempo—contestó riendo de igual manera.

Y fue ahí donde todo se sintió un dejà vú.

Yo reconocería esa voz, esa risa que entraba a mis oídos como melodía, la reconocería en cualquier parte.
Levanté la mirada. ¿Era un sueño? Porqué el verlo tan cerca parecía demasiado real.
Mis latidos eran más fuertes que nunca.
Tal vez yo no lo entendía, pero mi corazón si.

—Tú...¡Estas vivo!—exclame en voz alta dejándome caer al piso y mi vista en cuestión de segundos ya era borrosa.

No sano con exactitud todo el revoltijo de sentimientos, pensamientos, preguntas, que en ese momento se contarían en mi pecho.

—Si, eso creo—respondió confundido mientras terminaba de meter las últimas cosas a la caja con lentitud.

—¡No puede ser!—exclamé dejando escapar una irónica risita—Tú, ¡Estás vivo! o ¿Yo estoy muerto?

—Mmm estoy seguro de que esto es la vida real—contestó riéndose sin dejar de mirarme extrañado—Aquí tienes—habló dándome aquella caja.

—Es que te ves tan real—dije tomando su mejilla.

—Creó que me estás confundiendo con alguien—respondió retirando mi mano con algo de incomodidad.

—¿No sabes quien soy?—pregunté frunciendo mi ceño.

—Creó que no tengo el gusto—claramente pude escuchar como mi corazón se rompía en miles de fragmentos—Si me permites, tengo que ir a trabajar o llegaré tarde.

Mencionó brindándome una sonrisa para después caminar y adentrarse al mismo café dónde antes me encontraba.

Y sin poder comprender nada, con el corazón latiendo a mil por minuto, lo vi alejarse sin tener el coraje para detenerlo.

🍂 𝐴𝑉𝐸𝑁𝑂𝐼𝑅 / 𝐾𝑂𝑂𝐾𝑀𝐼𝑁 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora