.14

103 8 6
                                    


Estacione el auto frente a aquel parqué, el reloj indicaba que aún faltaban cinco minutos para que marcara la hora acordada por Jimin, salí de él un poco nervioso, acomodé mi cabello, mi camisa, revisé mi aliento y me aseguré de que todavía oliera a perfume, después solo me paré recto dispuesto a esperar por el. Una risa se escuchó detrás mío haciendo que me girara confundido.

—Te ves muy bien Jungkook, tranquilo—habló recargado en un árbol.

Me había visto y eso sólo me hizo sentir avergonzado.

A diferencia de mi, él estaba utilizando ropa deportiva, pero más sorprendido quede, cuando noté que aquel conjunto era muy parecido al que el de nuestro primer encuentro. Definitivamente me había dejado sin palabras.

—¿Por qué me has citado aquí?—pregunté caminando a su lado—Pudiste decirme que viniera vestido con algo más cómodo—reclame señalando mi atuendo más formal.

—¿Trajiste tú cámara?—preguntó cruzando la calle para llegar a aquel parqué.

Fruncí el entrecejo al no comprender con exactitud lo que planeaba hacer, más no cuestioné, abrí nuevamente el auto para sacar la cámara y después me dispuse a alcanzar su paso.

—Muy bien, ahora sólo haré ejercicio, puedes tomar todas las fotografías qué quieras—me dijo con una sonrisa de boca cerrada para después comenzar a correr.

Me quede estupefacto en mi lugar observando cómo se perdía a lo lejos, la confusión era evidente así que me detuve a pensar unos segundos la situación y ahí lo comprendí, una risa se escapó de mis labios, y solo quedó por hacer lo que había dicho, tomé asiento en una de las bancas, cerré mis ojos.
El fino viento golpea mi cara sin ninguna clase de sensibilidad, era la fría brisa de invierno, me sentía tranquilo y ajeno a las cosas malas que habían sucedido continuamente, de pronto ciertas pisadas a lo lejos interrumpen en mi oído y se de quien se trata. Abro los ojos con lentitud, tomó la cámara y enfocó el lugar de dónde provienen, espero unos segundos antes de que entre a mi campo de visión, una ligera sonrisa de boca cerrada se forma en mi rostro y sin tomar control sobre mi dedo, presiona el botón capturándolo, haciendo que aquel chico de rubios cabellos se detuviese.

—¿Q-qué haces?—pregunta con el entrecejo fruncido y la respiración entrecortada.

—Solo estoy haciendo lo que me dijiste que hiciera—respondo tranquilo acompañado de una sonrisa ladina—Descuida, puedes seguir corriendo, yo seguiré haciendo mi trabajo.

Mencioné apuntándolo nuevamente con la cámara para tomar otra foto.

—Perdón, me moveré para que puedas fotografiar mejor el paisaje—dijo y una punzada se sintió en el pecho debido a aquel deja vù recién experimentado.

—Está bien—dije sin dejar de sonreír con un nudo en la garganta—En realidad creo, que la fotografía queda mucho mejor contigo en ella—mencioné sereno, está vez seguro, sin sentirme tímido, sin el rubor acompañando mis mejillas.

Los autos pasaban, las personas caminan en diferentes direcciones, Jimin sin saber exactamente qué contestarme se acerca limpiando el sudor de su frente y toma asiento a mi lado. Parece tan perdido en su mundo, el ambiente se hunde en silencios inquietantes, miradas tímidas, y roces torpes de hombros.

—¿Así fue como sucedió?—hablo por fin cortando aquel devastador silencio sin dejar de mirar al frente.

—Me sorprende el hecho de que contestaras exactamente lo que dijiste esa vez—dije bajando la mirada recordando.

—Me preguntó si aquello que sentí hoy al oír tu respuesta fue la misma sensación que la de ese encuentro—mencionó dirigiéndome la mirada.

—¿Querías revivir aquel momento?—pregunté curioso—¿Lo recordaste?

—No lo había planeado, tampoco he recordado nada, en realidad sólo vendría a hacer ejercicio pero unas inmensas ganas de tenerte a mi lado me invadieron—confesó tranquilamente—Además, quería hacer que tu mente se despejara del estrés que has tenido por la exposición.

—Yo puedo decir, que no sentí la misma sensación, pero el mismo sentimiento sigue presente—contesté.

Cuando estaba con él las horas volaban.
El tiempo pasa ante mis ojos como una exhalación, sin permitirme parpadear, sin apenas permitirme disfrutar de su presencia. No miro el reloj, el tiempo deja de existir, pues las manecillas se detienen y el aparato ya no cumple su función
Mi percepción del tiempo cambia, y con mi percepción, el tiempo.

Distintas cuestiones aparecen en mi cabeza.
Cuando dejemos de estar así, ¿El tiempo volverá a adueñarse de mí? ¿Volverá la rutina y miraré constantemente el calendario
contando los días, las horas y los minutos que faltan para volver a verlo? ¿Soplando aquella vela mientras mi deseo es el mismo?:

Volver a verlo y tenerlo aquí conmigo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 03, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

🍂 𝐴𝑉𝐸𝑁𝑂𝐼𝑅 / 𝐾𝑂𝑂𝐾𝑀𝐼𝑁 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora