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Al final el café que Wei Wuxian había comprado, acabó por enfriarse en la misma mesa donde lo habían dejado, el placer en el que se sumergieron se evaporó dejando atrás una ligera sensación de paz y dicha, ya no había ruido en la oficina y solo eran ellos dos acurrucados uno al lado del otro en el sofá de suave textura y color hueso.

Había un par de folders en el regazo de Lan Wangji y sus gafas de lectura resbalaban sobre el puente de su nariz, sus pestañas cubrían sus ojos y su flequillo resbalaba hacia el frente.

Wei Wuxian tenía la mejilla derecha apoyada en el hombro de Lan Wangji mientras escribía en su móvil un par de mensajes para su empleo.

Y aunque ninguno lo viera, ambos tenían una suave sonrisa en los labios, bonita y sincera.

Wei Wuxian deslizó suavemente sus dedos sobre la rodilla de Lan y entrelazó los suyos y los contrarios.

A veces el silencio acompañado también era placentero.

Dicen que por ahí que el tiempo se pasa volando, y a los Jiang no les podía quedar más claro que el agua

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Dicen que por ahí que el tiempo se pasa volando, y a los Jiang no les podía quedar más claro que el agua. Quizás mayormente a Yu Ziyuan y a su esposo Jiang Fengmian, quien mirando los preparativos para la boda de su hija mayor que se acercaba a menos de veinticuatro horas, aún recordaban vívidamente cuando Yanli era aún una niña de unos diez años de edad que corría por los pasillos de su casa, con dos moños a los lados de su cabeza y con una enorme sonrisa decorando sus rosadas mejillas.

Quién diría que ahora, casi veinte años más tarde, era toda una mujer con un anillo en su dedo apunto de casarse y empezar una nueva vida para formar su propia familia... Decir que no querían llorar sería estúpido. Los niños crecen rápido, dicen, y es quizás la mayor y más triste realidad para los buenos padres.

Yanli estaba sujetando el brazo de su prometido mientras miraban juntos y dichosos los arreglos florales de las mesas de centro.

La familia de Jin Zixuan muy amablemente había ofrecido su propia mansión como lugar para llevar a cabo la ceremonia de matrimonio y era un relajo, ahí por dónde pisabas, ahí había adornos, flores, cualquier cosa.

Era más como una estancia forrada de color dorado imposible de cubrir con cualquier cosa, pero en parte eso también le daba su encanto a la boda, casi como un sello familiar.

Yanli le dió un suave beso en la mejilla a su joven y tímido prometido y se alejó buscando a sus hermanos entre la marea de preparativos.

Jiang Cheng parecía muy entretenido y envuelto en una agradable charla con Lan Xichen en una esquina rodeados por cajas vacías de luces de decoración y Wei Wuxian y Lan Wangji, como siempre, estaban uno pegado al otro jugando con las peonías de los centros de mesa.

— Hey, chicos — llamó la mayor y ambos se despidieron de sus acompañantes para ir corriendo donde su hermana con suaves y nostálgicas sonrisas en sus labios.

Close the Door 彡 WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora