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Madame Yu estaba sentada junto a su esposo en el hall de su casa, frente a ellos, detrás de una mesa redonda con un mantel de encaje blanco decorada con un lindo florero de porcelana estaban su hijo adoptivo, Wei Wuxian y su ahora prometido Lan Wangji, a los lados, Jiang Yanli y Jiang Cheng también estaban sentados esperando alguna palabra de Yu Ziyuan, incluso Lan Xichen estaba ahí.

Ni siquiera su esposo se atrevía a decir algo.

Realmente increíble.

La atractiva mujer carraspeo suavemente la garganta y deslizó los dedos se una de sus manos sobre el anillo que decoraba la otra, era de un grosor considerable pero no exagerado, de color violeta y con discretos diseños de pequeños rayos decorando la superficie. Todo el mundo sabía que eso era una señal inminente de peligro.

— Bien. — pronunció finalmente y Wei Wuxian se tensó en su sitio. — Seré clara. Joven Lan, por tratarse de usted, y su familia no haré mayores comentarios respecto a su propuesta a Wei Wuxian. — dijo mirando a ambos hermanos Lan. — Sin embargo, no le niego que me hubiese gustado que lo compartiese también con nosotros, su familia.

— Pido una sincera disculpa, no era mi intención pasar por encima de su valía. — replicó Lan Wangji inmediatamente y Wei Wuxian creyó que iba a morir de vergüenza en ese precioso instante.

¿De verdad era necesaria tanta ceremonia?

Madame Yu asintió. — Considero que la familia Lan es honorable y por tanto no tengo motivos para desconfiar, sin embargo — pausó brevemente y sus ojos adquirieron un brillo de advertencia. — Si usted se atreve a romperle el corazón a este mocoso — apuntó a Wei Wuxian. — Yo misma me encargaré de hacerle la vida miserable y le aseguro que no volverá a verlo en su vida. — declaró y un escalofrío recorrió la espalda de Lan Wangji.

Wei Wuxian abrió la boca dispuesto a reprochar pero la cerró de inmediato ante el ceño fruncido de Jiang Cheng y la suave mirada de Yanli.

Una mujer temible en verdad.

— Mi señora, está bien, no hay necesidad de ser tan... Duros. — intentó calmar Jiang Fengmian a su esposa.

— Está bien — interrumpió el ojimiel. — Les aseguro, que jamás dejaría a Wei Ying, cuidare bien de él... Porque... Se ha convertido en alguien por demás especial para mí, y nunca me atrevería a lastimarlo de ninguna manera. — aseguró, y aunque en parte se sentía ligeramente avergonzado por admitir parte de sus sentimientos en voz alta, también se sentía bien de poder dejar en claro que bajo ninguna circunstancia sería capaz de hacer sufrir al ser que se había convertido en la luz de sus ojos.

Lan Xichen le miró con aprobación y el ojigris le regaló una de esas suaves sonrisas que siempre le movían en el piso.

Yu Ziyuan pareció estar conforme con la respuesta del joven Lan, pues su expresión se suavizó notablemente. — Siendo ese el caso, no veo impedimento para que pueda casarse con Wei Wuxian.

Lan Wangji estuvo a punto de sonreír en grande, pero se quedó así y simplemente hizo una educada reverencia. — Gracias, les prometo que haré feliz a Wei Ying...

Jiang Fengmian asintió sonriendo y estrechó la mano de su esposa. — Confiamos en ello joven Lan.

Lan Wangji se sentía tranquilo, realmente tranquilo ahora, y, seamos francos, terriblemente feliz. Por su parte, Wei Wuxian sabía que estaba feliz, ni como negarlo, pero también debía admitir que nunca le pasó por la mente la opción de que Madame Yu fuese a comportarse de tal modo, asumiendo enteramente su papel como madre adoptiva de Wei Wuxian, preocupándose por el y su felicidad explícitamente. En esos momentos, realmente creía que nada podía lograr hacerlo más feliz de lo que ya era, ni hacerlo sentirse más agradecido con la vida por todo lo que tenía. El pasado estuvo lleno de baches y tropiezos a lo largo de su relación madre-hijo, sin embargo, era sencillamente maravilloso saber y estar seguro de que todo había quedado atrás, solucionado y si más para decir. Ahora eran realmente una familia y eso estaba bien.

Close the Door 彡 WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora