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Lean mis notitas y comenten, eso me hace feliz (;ŏ﹏ŏ)
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A Wei Wuxian le empezaba a apetecer despertar del mismo modo siempre, colmado de mimos de pies a cabeza y con un par de bonitos ojos contempladole como si fuese la cosa más preciosa del mundo. Dejó ir un bostezo matutino y una sonrisa lánguida se coló en sus magullados labios. — Buen día Lan Zhan... — murmuró aún en el letargo de sueño.

El ojimiel le miró y un esbozo de lo que podía ser una sonrisa se montó sobre sus labios antes de responder. — Buen día.

Y realmente eran buenos, no solo por semejante belleza de hombre que se había quedado pegado a sus sábanas, sino porque hombre, calidez como la que sentía en esos instantes, ni hoy ni nunca estaba seguro - ni dispuesto dicho sea de paso - de volver a encontrar.

Wei Wuxian enredo las piernas junto a las de Lan Wangji y solo ahí se le subieron los colores porque cayó en cuenta que no un triste trozo de tela cubría su cuerpo. Nada de nada, pero hizo como que no notó nada y siguió con su misión de buenos días.

Lan Wangji acarició su espalda desnuda causándole un agradable cosquilleo al ojigris quien se acurrucó contra su pecho disfrutando de la sensación mientras sus traviesas manos acariciaban los brazos del ojimiel.

Y aún estando desnudos, en medio de un lío de sábanas, sus pequeñas demostraciones de afecto se sentían intimas pero dulces, confianzudas hasta cierto punto. Y es que, si bien Lan Wangji era un tipo perfectamente capaz de partir la cadera de Wei Wuxian si se lo proponía y el contrario un descarado incorregible, también es cierto que entre ellos destilaba cariño y ternura infinitos. En verdad envidiable.

El móvil del ojimiel vibro estridente junto a la alarma.del diaria y ambos miraron al aparato con ganas de arrojarle por la ventana. Pero al final eso no sucedió y el ojimiel solo apagó la chimostreta y devolvió su atención al contrario.

— Volveré a casa — comentó Wei Wuxian al aire.

— ¿Quieres que valla a dejarte?  — inquirió el ojimiel acariciando las largas hebras de sus ondulados cabellos.

Wei Wuxian negó. — Está bien si voy solo, pero estoy un noventa y nueve porciento seguro de que no me vas a escuchar y de cualquier modo irás, solo estoy dandomelas de inalcanzable — murmuró ahogando una risilla traviesa.

Lan Wangji asintió y beso sus labios, disfrutando la textura y deleitándose con el sabor dulzón hasta cierto punto. Wei Wuxian deslizó sus manos sobre los brazos del ojimiel y pasó sus piernas por encima de la cadera de Lan Wangji, rozando sus cremosos muslos contras las caderas contrarias, la sábana rozando su espalda baja.

Las manos de Lan Wangji sujetaron su cintura y sus ojos dorados le miraron antes de reñirle. — Tapate correctamente, vas a enfermar...

Wei Wuxian se rió con ganas antes de balancear sus caderas suavemente, con ese aire de coquetería y travesura que solía traer encima.

Las manos del ojimiel afianzaron su agarre, apretando la suave piel bajo la tela de la sábana y sus pupilas brillaron en advertencia. — Wei Ying...

El ojigris hizo caso omiso al tono de su voz y continuo tentando, animándole a perderse en su propio mundo. — ¿Que sucede Lan Zhan? ¿Acaso estás resistiendote?

— Mn.

— No lo hagas, puedes hacer lo que quieras conmigo...— susurró el ojigris sobre su boca antes de juntar sus labios.

Lan Wangji empujó el cuerpo contrario de vuelta a la cama y sujeto sus muñecas fuertemente contra los barrotes de la cama, tiro de la corbata que había sido olvidada en el buró de al lado y la enroscó repetidas veces antes de hacer un intrincado nudo que asegurarse que no iba a ser fácil deshacer. Wei Wuxian parpadeó perplejo y tiro de sus brazos intentando safarse de la presión que ejercía, miró la tela y después a los ojos de su pareja que parecían brillar de anticipación y deseo, se le fue el alma a los pies, a estas alturas moría por un poco de contacto y podía sentir ya la humedad de su excitación rozando la piel suave de un plano vientre. Ni en sus peores fantasías se le pasó que Lan Wangji fuesen de los que disfrutan las ataduras, bien dicen por ahí que los calladitos son los más... Perversos ... Pues ni que decir.

Close the Door 彡 WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora