Capítulo 4

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Cuéntame, ¿Cómo estuvo el primer día? -Pronunció la señora Eleanor.-

Muy bien, el trabajo oficialmente es mío. Y la verdad si es agotador, pero por lo menos ya tengo algo fijo. -Dije con una tímida sonrisa.-

Perfecto, ahora toma asiento. Hice salmón al horno con trozos de bacon y el postre es sorpresa. -Pronunció poniendo suspenso en sus últimas palabras.-

No debió de molestarse, que vergüenza con usted. -Pronuncié sin mirarla.-

Vergüenza debería de darte si no me recibes. Lo hice con mucho cariño, déjame consentirte.-Dijo extendiéndome el plato de comida.-

Muchas gracias señora.-Dije probando un poco de lo que había en el plato.-

No querida, nada de señora. Puedes decirme Eleanor o como gustes. Ahora cuéntame, ¿Porque elegiste Los Ángeles para cumplir tus sueños.- Pronunció sentándose junto a mi.-

Decidí venir hasta Los Ángeles porque soy una artista y en mi país no tenía las oportunidades suficientes para cumplir mis sueños. -Dije con nostalgia mientras que terminaba de comer lo que tenía en el plato.-

Oh comprendo, y ¿Puedo saber cuál es tu sueño y conocer cuál es tu arte? -Dijo mientras se levantaba a hacer algo en la cocina.-

Mi sueño es formarme para ser actriz y enseñar mis obras al mundo, quiero que las personas sientan a través del arte. La sociedad suele preocuparse poco por lo que siente. Y bueno aunque me considero una persona muy artística, mi fuerte es la pintura. - Dije mientras observaba lo que hacía en la cocina.-

¿Cenando sin mi? -Pronunció una voz muy familiar.-

Hola Richard, la señora Eleanor quería consentirme.-Dije dándole una sonrisa.-

No molestes a la niña. Ya te serviré a ti. -Pronunció dulcemente la señora Eleanor.-

Fue así como Richard comenzó a cenar y yo disfrutaba de un rico flan de frutos rojos.

Eleanor, cocina usted de maravilla. -Dije aun degustando aquel postre.-

Eres demasiado educada jaja, me alegra ver que te haya gustado tanto. -Dijo con una gran sonrisa.-

Lo siento es que en Colombia siempre que queremos hablar respetuosamente utilizamos el usted

Pues yo te voy a enseñar a portarte mal. -Pronunció Richard.-

Tu no cambias Richard, no le enseñes nada malo. -Dijo la señora Eleanor casi reprendiéndolo.-

Esta bien. -Pronunció reprimiendo una carcajada.-

Al ver que la señora Eleanor salió del lugar no pudimos evitar reír, después de todo Richard ya es grande y sabe que debe comportarse, pero al parecer de vez en cuando le hace falta un jalón de orejas.

Oye Richard, no quiero molestarte, pero quiero salir a caminar. ¿Crees que podrías decirme que lugares no son tan seguros?

¿Y tu crees que te voy a dejar caminar sola, a esta hora? Vamos, te acompaño. -Dijo sin siquiera esperar una respuesta de parte mía.-

Oh, gracias. -Dije intentando seguir sus pasos.-







Gracias por leer, ¡Esperen el próximo capítulo muy pronto!

















Enséñame A Amar | Richard Camacho ¡Terminada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora